Laín gana el premio Jovellanos con un ensayo sobre el sentido de la vida
'Quién es el hombre' abre vías frente al materialismo y la antropología
Pedro Laín Entralgo (Teruel, 1908) obtuvo ayer en Gijón el premio Jovellanos con su obra Quién es el hombre (Evolución y sentido de la vida), una visión de la especie humana concebida, aseguró ayer el escritor, desde "la razón y no desde las creencias". Laín no plantea una teoría nueva, sino que "radicaliza", afirma, planteamientos actuales que pretenden ser una "tercera vía" frente al "materialismo tosco" y el dualismo antropológico.
El Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, instituido hace cinco años por la editorial asturiana Nobel, está dotado con tres millones de pesetas y la edición de la obra. Se trata de uno de los galardones con mayor importe económico de cuantos se convocan para obras de pensamiento en lengua española. El profesor de Cuernavaca (México) Tomás Pérez Viejo resultó finalista con su obra ¿Qué es una nación?: historia, identidad nacional y otros mitos nacionalistas. Sabino Fernández Campo presidió el jurado.Pedro Laín Entralgo, catedrático de Historia de la Medicina, académico de la Lengua, de la Historia y de la Medicina, escritor, humanista, divulgador de saberes múltiples, ha hecho, a sus casi 91 años, que cumpilrá el próximo día 15, un esfuerzo de síntesis de toda una vida de estudio y reflexión con el propósito de definir al género humano, comprender el sentido de la vida y situar al hombre en el contexto de la evolución. Su visión no inaugura, dice, una perspectiva novedosa, sino que subraya, profundiza y "radicaliza" teorías actuales superadoras tanto "del materialismo tosco y barato" como del dualismo tradicional antropológico que propone el esquema materia-espíritu, cuerpo-alma. Laín no trata de conciliar ambas posiciones, sino de superarlas con una línea argumental "discutible, pero defendible". "Planteo una vía intermedia, pero no para conciliar esas posiciones, sino para demostrar que tales concepciones se fundamentan en creencias y no en razones. Yo apelo a la razón para superar ambas".
Sin embargo, su perspectiva, tributaria de la teoría del evolucionismo, es conciliable, asegura, con las creencias religiosas. "Propongo una antropología cosmológica entendible por cualquier persona abierta a la Razón, y en cualquier caso compatible con las creencias de carácter religioso", declaró por teléfono desde su domicilio madrileño.
El profesor Laín se inspira sobre todo en el pensamiento de Xavier Zubiri, y sintetiza en el estudio ayer galardonado todas sus aportaciones sobre la concepción de la especie humana. Desde la atalaya de este nonagenario ilustre e ilustrado, la gran aventura del género humano está ya perfectamente expresada, con sus luces y sombras, en la Grecia clásica, y ayer citaba a Sófocles para testimoniar su propia convicción: "Sófocles hace decir al Coro: "Cosas maravillosas y terribles he visto en el mundo, pero ninguna más maravillosa y terrible que el hombre". Frente a quienes sitúan al género humano en el centro del cosmos, como hecho nuclear y medular -tesis, recuerda, arrumbadas por los avances de la astronomía y de la astrofísica-, Laín cree que el individuo humano es un "ser muy pequeño, minúsculo y excéntrico por su posición en el Universo", pero que, "gracias a su inteligencia, se ha convertido no en el centro real del cosmos, pero sí en el centro virtual porque es desde el hombre desde donde el Universo es pensado de forma global y en términos racionales y científicos".
En opinión de Pedro Laín Entralgo, el conocimiento del hombre seguirá progresando. "No sabemos hasta dónde y tampoco cuál será la evolución futura de la especie humana. No sabemos si el género humano dará lugar a otra especie distinta en el futuro. ¿Habrá seres superiores en calidad a la especie humana? No se puede descartar".
Babelia
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