Derechos humanos en Túnez

El pasado 24 de enero, el ministro de Defensa, don Eduardo Serra, estuvo en Túnez para hablar sobre la seguridad y la cooperación en el Mediterráneo. Las relaciones entre los dos países atraviesan un magnífico momento, según las fuentes. Sin embargo, la situación de los derechos humanos y el acoso al que están sometidos sus defensores son muy preocupantes, de acuerdo con el último informe de Amnistía Internacional: "La persecución cada vez más frecuente de los defensores de los derechos humanos ha tenido lugar contra el telón de fondo de una creciente intolerancia de las autoridades frente a todo tipo de disidencia o crítica. Los mismos métodos empleados para acosar, intimidar y silenciar a los opositores políticos se han utilizado cada vez más contra los defensores de los derechos humanos".Uno de los ocho defensores de derechos humanos en el mundo nombrado por la Alta Comisión de Derechos Humanos de la ONU en 1998, debido a esta situación tan preocupante, es M. Khemais Ksila, vicepresidente de la Liga Tunecina de Derechos Humanos, que fue condenado a tres años de cárcel y una multa de 1.200 dinares (182.000 pesetas) en febrero de 1998. Desde su detención ha llevado a cabo varias huelgas de hambre para protestar por su encarcelamiento, por las malas condiciones en las que se halla detenido y por el acoso de que son objeto su mujer y sus hijos. Miembros de organizaciones de derechos humanos en Túnez, como la sección tunecina de Amnistía Internacional, la Federación Internacional de Derechos Humanos, la Liga Tunecina de Derechos Humanos, el Instituto Árabe de Derechos Humanos y el Comité Nacional de Defensa de los Presos de Conciencia han sufrido acoso, amenazas y detención a manos de las fuerzas de seguridad. El trato recibido por los defensores de los derechos humanos incluye: encarcelamiento, interrogatorio y acoso a los familiares, incluyendo niños; procesamiento por terrorismo o por una serie de delitos comunes; pérdida del puesto de trabajo; violación y registro de domicilio u oficina, retirada del pasaporte, intercepción del teléfono, del fax y del correo; estrecha vigilancia durante las 24 horas del día; robo o daños al coche o a otros bienes; imposibilidad de asistir a reuniones; campañas de desprestigio por medios de comunicación próximos a los servicios de seguridad, y montajes fotográficos o de vídeo mostrando a la víctima en situaciones comprometidas.

El acuerdo Túnez-Unión Europea contempla en el capítulo 2 el progreso del proceso político y de los derechos humanos en Túnez. El Gobierno tunecino no lo ha cumplido. Hemos pasado esta información al señor Serra y esperamos que, durante los dos días de su viaje, haya tenido la oportunidad de hablar de la preocupante situación de los derechos humanos con el Gobierno tunecino.- coordinador del norte de África de la sección española de Amnistía Internacional.