Un ciclo de "Lecturas" rescata el placer de escuchar el "Quijote"
El 383º aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes nos acerca una vez más al intrincado bosque donde se internan Don Quijote y Sancho Panza al inicio del capítulo 20º de la novela. Es en esta "espesa arboleda, con un ramaje inextricable" donde, según Fernando Lázaro Carreter, se encuentran aún nuestros conocimientos del más grande autor español y universal. "Queremos saberlo todo y poco sabemos de por qué esta novela cambió el arte de narrar. Los estudiosos hemos ido tejiendo una red de respuestas, pero los millares que hemos participado en ese guirigay hemos hecho poco más que intentar explicarnos a nosotros mismos".
Lázaro Carreter, director del Centro para la Edición de los Clásicos Españoles, presentó así el ciclo Lecturas del Quijote, que reunió ayer en la Residencia de Estudiantes de Madrid al académico Francisco Rico, organizador del ciclo y director de la nueva edición crítica del Quijote; al escritor y académico Antonio Muñoz Molina, y a los actores Fernando Fernán-Gómez y Agustín González. El ciclo, afirmó Rico, pretende combinar lecturas de capítulos del Quijote con conferencias de destacados autores para "rescatar la tradición de este libro, que fue escrito para ser oído más que para ser leído".
Fernán-Gómez y Agustín González extasiaron al numeroso público, ya que, en unos minutos, y sin mayor recurso que el buen decir, los transportaron a esa escena íntima e imaginaria en la que Don Quijote vaticinaba que en el futuro habría muchos quijotes en España. Fernán-Gómez leyó después con la misma maestría el prólogo de la novela de Cervantes.
Antonio Muñoz Molina comentó que el Quijote, "como todas las joyas de la literatura, es un libro que siempre se lee por primera vez". El autor de Plenilunio reflexionó a partir del prólogo recién leído que en esas páginas queda definida ya la potestad del lector moderno. "La soberanía del lector queda fundada por estas palabras y este libro", dijo.
Mirada irónica
Prosiguió con la lectura de cuatro textos suyos entre los numerosos que ha escrito sobre Cervantes y su gran novela. En el primero, Aniversario íntimo, escrito en 1990, Muñoz Molina destaca la declaración de amor a los libros que la sustenta. "Después de conocer todas las variantes del fracaso, Cervantes intuyó que sólo gracias a la literatura se había salvado", dijo el escritor. En su texto Cervantes en el exilio rescató la mirada irónica de Cervantes sobre el ridículo de la realidad española y su vigencia. En La prosa de la vida hizo mención de la cantidad de Quijotes apócrifos que han escrito literatos de todas las épocas, lamentando que entre ellos figuren muy pocos españoles. En La fiesta del Quijote, Muñoz Molina regresó a su primera lectura infantil de la novela de Cervantes. "Leer el Quijote no es huir de la realidad, sino abrir los ojos al mundo", concluyó.
Babelia
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