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EL ACUERDO DE STORMONT

Londres envía refuerzos militares a la provincia ante el comienzo de las marchas protestantes

El Gobierno británico está decidido a impedir que la marcha de los unionistas de la Orden de Orange, prevista para el domingo, añada más dificultades a la compleja situación que vive Irlanda del Norte. El envío de un batallón de 400 soldados servirá para reforzar las extraordinarias medidas de seguridad. Mil soldados y policías inciaron en la mañana de ayer una vasta operación -con el levantamiento de barreras, apertura de zanjas y colocación de kilómetros de alambradas de espino- con el objetivo de impedir choques violentos entre católicos y protestantes en Portadown, en el sur del Ulster.

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Son dos los puntos conflictivos: la iglesia de Dumcree de Portadown, hacia donde se dirigirá la marcha, y la calle católica de Garvaghy, por donde deberían cruzar los unionistas de vuelta a sus logias. Las autoridades han prohibido el recorrido por Garvaghy y la comisión de desfiles ha acatado la orden. El jefe del Royal Ulster Constabulary (la policía irlandesa), Ronnie Flanagan, advirtió ayer de que, a pesar de ello, disidentes unionistas, opuestos al proceso de paz, podrían tratar de explotar la tensión existente. El primer ministro británico, Tony Blair -que se encuentra en Belfast para fomentar un acuerdo que signifique el desarme del Ejército Republicano Irlandés (IRA)-, se ha reunido por separado con representantes de la Orden de Orange y vecinos de Garvaghy para alcanzar un compromiso que evite incidentes. Pero el clima político no es el adecuado: los orangistas critican incluso el despliegue policial, que consideran una provocación.

"Todo esto para impedir un desfile de siete minutos y medio", se indignó el portavoz de la Orden de Orange, David Jones. "Uno se pregunta por qué tienen que desplegarse tales armamentos cuando una décima parte de esos recursos podría haberse empleado en evitar los atentados del IRA en los últimos 30 años. Es increíble", afirmó Jones.

El desfile de la Orden de Orange no es nuevo; el primero data de 1807. Y, aunque en los últimos cinco años ha captado la atención internacional, los enfrentamientos entres católicos y protestantes empezaron hace 150 años. El distrito de Portadown cuenta con 32 logias orangistas, con un total de 1.400 miembros. El día del desfile se visten con sus mejores galas, utilizan llamativos paraguas y llevan guantes. Para los católicos, los orangistas son unos tradicionalistas sectarios.

La orden fue creada en 1795 por Dan Winter, en honor a la victoria de Guillermo de Orange sobre los católicos. Sus seguidores se consideran la vanguardia del movimiento unionista, que defiende sus lazos con Londres y rechaza la unión con Irlanda.

Uno de los factores que han transformado esta marcha en un problema político es la democrafía. En los años sesenta, la calle de Garvaghy era un erial. Ahora viven en ella 6.000 católicos, que consideran una provocación el paso de la marcha por su barrio.

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