Un rayo de oscuridad
El último eclipse de sol que pudo observarse en España se produjo en 1912 y, salvando el del próximo día 11, el fenómeno no volverá a repetirse en nuestro país hasta el año 2026. En Andalucía no fue visible el de comienzos de siglo, y tampoco lo será el que nos visite dentro de 27 años, por lo que, para un buen número de ciudadanos, la que ahora nos brinda la naturaleza será la única oportunidad, a lo largo de su vida, de contemplar este acontecimiento. La estrecha franja donde el sol desaparecerá por completo no ocupará más de 110 kilómetros de ancho y estará situada en el centro de Europa, abarcando ciudades como Plymouth, en Gran Bretaña, Munich, en Alemania, o Bucarest, en Rumania. El eclipse no será total en el Sur de la Península Ibérica. El disco solar se oscurecerá en más de un 50%, pero el pronóstico meteorológico es bueno. Aunque las diferencias serán mínimas, según los datos facilitados por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, los cordobeses serán los que disfrutarán de un mayor grado de ocultamiento (casi el 57%) mientras que los gaditanos serán los menos afortunados (51,5%). La sombra de la luna, que es la que nos impide ver el disco solar, recorrerá Andalucía, de oeste a este, a una velocidad de 2.500 kilómetros por hora. Por este motivo, tampoco hay notables variaciones en lo que se refiere a la hora de comienzo del eclipse, que se estrenará en Huelva sobre las 10.48 y alcanzará Almería a las 10.54. El momento de máximo ensombrecimiento oscilará entre las 12.02, de nuevo en Huelva, y las 12.11, en Almería. Los vecinos de esta última provincia despedirán el eclipse, en tierras andaluzas, en torno a las 13.34. Riesgos La observación del fenómeno obliga a ciertas precauciones, sobre las que estos días insisten los especialistas. Mirar directamente al sol, aún cuando esté parcialmente oculto, puede causar daños irreversibles en la retina. El riesgo se multiplica si, además, se usa cualquier sistema óptico de aumento, ya sea el objetivo de una cámara fotográfica, unos prismáticos o un telescopio. Para la observación directa, y en contra de lo que algunos proclaman, de poco sirve utilizar como filtro gafas de sol, películas fotográficas veladas, radiografías o cristales ahumados. Ninguno de estos elementos es capaz de bloquear todo el espectro de radiaciones solares por lo que, en algunos casos, pueden producirse lesiones aunque el observador no sea consciente de ello. La opción más segura es recurrir a unas gafas especiales, homologadas para este tipo de observaciones, como las que comercializa el Parque de las Ciencias de Granada. También es posible utilizar un filtro de soldador del número 14 que, en forma de pequeño rectángulo de vidrio, venden en cualquier ferretería por unas 200 pesetas. Por último, es posible seguir el acontecimiento desde el mismo Parque de las Ciencias, que ha preparado algunas maquetas y pantallas para disfrutar en directo del fenómeno, o bien a través de Internet. Una expedición científica española (Shelios 99), dirigida por el Instituto de Astrofísica de Canarias, partió, el pasado sábado, de Barcelona con destino a Kastamonu, al norte de Turquía, localidad en la que el eclipse será total y, además, se esperan cielos despejados. Las imágenes que se obtendrán, tanto desde los instrumentos situados en tierra como de algunos que se dispondrán en dos globos aerostáticos anclados a 2.000 metros de altura, se transmitirán a través de Internet. Un buen paquete de información, e imágenes de anteriores eclipses, está ya disponible en www.iac.es/general/e99/index.html. Y si lo que se quiere es visitar la web más completa del mundo acerca de este suceso habrá que teclear http://sunearth.gsfc.nasa.gov/eclipse/TSE1999/TSE1999.html, en donde el doctor Fred Espenak, máxima autoridad en la materia, ha recopilado abundantes datos.
Corona y perlas
Los que se encuentren en la franja en donde el eclipse será total, destino que han publicitado algunas agencias de viaje aprovechando la cercanía de ciudades como París, podrán asistir a algunas curiosas manifestaciones. Unos minutos antes de que el sol quede completamente oculto comenzará a apreciarse un oscurecimiento mucho más rápido que el de una puesta de sol. La temperatura descenderá y se levantará viento. En el campo es fácil que los perros comiencen a ladrar y otros animales muestren síntomas de agitación. Después de un último destello de luz, explican los responsables del Parque de las Ciencias, "los rayos solares pasan solo a través de los valles del borde de la luna, produciendo las conocidas como perlas de Baily y el denominado anillo de diamantes". Ese es el comienzo de la totalidad. El sol aparece como un circulo negro rodeado de una corona, algo así como una nube de luminosidad con filamentos. Al quedar el cielo oscurecido aparecen, en pleno día, otros astros brillantes. Durante el eclipse del próximo día 11 podrán verse los planetas Venus y Mercurio, a ambos lados del sol, y las estrellas Sirio, Aldebarán, Capella, Castor, Polux y Régulo, además de las que componen la constelación de Orión. Curiosamente, estas estrellas son las típicas de una noche de finales de invierno. En la actualidad, la ocultación del sol es una oportunidad única para que los astrofísicos puedan estudiar, sin la interferencia de la extrema luminosidad de este astro, las capas más externas de su atmósfera, precisamente esas que se advierten, en forma de corona, durante los momentos de ensombrecimiento total.
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