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El Gobierno alemán aprueba un plan de austeridad para el 2000 que incluye un recorte de las pensiones

El Gobierno alemán aprobó ayer el proyecto de ley de los Presupuestos Generales para el año 2000 que recoge un controvertido programa de austeridad mediante el que pretende alcanzar en el próximo año un ahorro presupuestario de 30.000 millones de marcos (15.345 millones de euros, 2,5 billones de pesetas).Según el proyecto presupuestario, el déficit federal deberá situarse en 49.500 millones de marcos (4,2 billones de pesetas) en lugar de los 53.500 millones de marcos de 1999 (4,5 billones de pesetas). El gasto público disminuirá un 1,5%, situándose en los 478.200 millones de marcos (40,6 billones de pesetas en 1999), mientras que el crecimiento de la economía alemana será, según las previsiones del Gobierno, del 1,5%.

El programa recoge también un recorte del 7,5% en cada una de las partidas ministeriales, lo que ha obligado al Ministerio de Trabajo a introducir recortes en las pensiones. Éste es uno de los puntos más conflictivos del paquete de ahorro, que ajustará durante los dos próximos años el aumento de las pensiones al encarecimiento de la vida y no, como hasta ahora, a las subidas salariales. Cuenta con el rechazo de la oposición y de los sindicatos.

Con estos recortes, el Gobierno alemán pretende ahorrar entre el año 2000 y el 2004 unos 150.000 millones de marcos (12,76 billones de pesetas). El ministro alemán de Hacienda, Hans Heichel, defendió el programa de austeridad como la única vía para devolver al Estado la capacidad de maniobra, que a su juicio se ha perdido por el cúmulo de deudas heredado del Gobierno de Helmut Kohl.

Medicina amarga

"Si uno se encuentra un cúmulo de deudas de 1,5 billones de marcos, lo que supone casi tres veces más que el volumen del presupuesto estatal, está financieramente acabado", dijo Eichel en declaraciones a la cadena de televisión ZDF. No obstante, Heichel admitió que el programa contiene "medicina amarga".El proyecto deberá pasar ahora al Parlamento, donde se enfrentará a las fuertes críticas de la oposición. No obstante, el titular de Hacienda no parece temer un bloqueo del programa de ahorro en el Bundesrat (la Cámara alta del Parlamento), donde, a pesar de que los partidos de la coalición cuentan con la mayoría, el proyecto podría ser rechazado por alguno de los Estados federados donde gobiernan los socialdemócratas. Éste es el caso de Sarre, cuyo primer ministro, Reinhard Klimmt, ha anunciado su veto.

El ministro de Hacienda invitó a los críticos al programa a presentar alternativas, que, eso sí, deberán atenerse al objetivo de consolidar y sanear las finanzas estatales. "Por ahora no he visto a nadie que haya cuestionado el objetivo", señaló el ministro Heichel.

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