Promesas de dimisión
"¿Sacará usted conclusiones políticas si algunos colaboradores suyos en la Comisión se ven inmersos en un caso de fraude?", espetó el socialista Hanis Sbovoda. Loyola de Palacio contestó atacando la "campaña electoral" socialista y derramando un vaso de agua sobre la mesa. "¿Dimitirá si se ve envuelta en un escándalo?", apretó el austriaco. Le arrancó la promesa que muchos pretendían. "Si me viera en situación semejante a la de la Comisión anterior, por supuesto que dimitiría", contestó la española, provocando los únicos y escuetos aplausos."Nadie ha dicho que yo personalmente tuviera nada que ver con nada de fraude, ni de tipo penal, ni nada", aseguró con exactitud De Palacio. "Lo máximo que se ha hecho es acusarme de tener una responsabilidad política".
Pues eso es lo que se debatía. Porque quizá el concepto de "responsabilidad política" del actual Parlamento español difiere del que impera en el hemiciclo europeo. La eurocámara hace suya la doctrina del segundo informe del Grupo de Sabios que provocó la dimisión de la Comisión de Jacques Santer, según la cual la responsabilidad individual de los comisarios debe "abarcar" no sólo sus actuaciones individuales, sino también los "fallos importantes de sus servicios, incluso cuando la culpa de ellos no les pueda ser imputada personalmente". El primer informe era todavía más exigente. Y detallado: "Se debe esperar que los comisarios sepan lo que ocurre en sus servicios, al menos a escala de director general, y sean responsables de ello", rezaba. "Yo no tenía conocimiento de casos de fraude en el caso del lino", argumentaba ayer la ex ministra.
Los principales europarlamentarios españoles reaccionaron con dureza tras el debate. "Acuso a los socialistas españoles de deslealtad", tronó el popular Gerardo Galeote, asegurando que sus rivales indujeron a los laboristas a plantear "las preguntas que ellos no se han atrevido a hacer" y atribuyéndoles que "siguen en campaña electoral" y "no actúan en correspondencia" con la generosidad del Gobierno Aznar en los nombramientos europeos. "Lo del lino fue un montaje criminal, con abusos de cazaprimas e incendio de almacenes, ante lo que sólo se alega ignorancia", manifestó el socialista Enrique Barón.
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