La victoria imposible de Germán Nieto
El corredor del Fuenlabrada, último el año pasado, se juega evitar el paro
Germán Nieto no consta en ningún pronóstico. Va contra la razón: fue el último de la general el año pasado. Así que no ganará la Vuelta. Probablemente, tampoco ganará una etapa, no importa que no conozca la victoria desde que es profesional: a veces, es cuestión de un poco de suerte. Una vez estuvo cerca de conseguirlo en una carrera, pero le cazaron a seis kilómetros de la meta. La escala de valores es diferente para corredores como Germán Nieto, madrileño de 26 años, corredor del Fuenlabrada, dorsal 66: de lo que haga en esta Vuelta dependerá su futuro. "Podría dedicarme a la carpintería; algo se me ha quedado de trabajar en el taller de mi padre". Nieto fue ciclista en paro en 1997, con su correspondiente desempleo a final de mes. No volverá a serlo: si no hay contrato para el año que viene, dice que lo deja. No vive angustiado por ello: ser ciclista es hacer lo que le gusta. A pesar de todo, Germán Nieto ha subido en el escalafón dentro del equipo Fuenlabrada. No es el último de la fila, no será quien tenga que ir siempre a por agua. Sus cuatro millones de salario anual le obligan a demostrar algo más: si es capaz de atacar, de cazar una escapada, quien sabe si de lograr una victoria de etapa. Si se da el caso, el valor de ese éxito tendrá su contraprestación en un nuevo contrato. Si no, el paro o la retirada.
"Germán Nieto sabe que esto es así", explica Maximino Pérez, el director del Fuenlabrada. "Y no es el único, y yo les digo que mucha gente en España no gana lo que ellos, y que no será fácil ganarlo fuera del ciclismo y que no deben gastárselo de cualquier manera. Somos modestos, pero cumplimos nuestros contratos y hacemos una labor social. Si salen adelante, saben que podrán ganar más dinero en otros equipos, pero, de lo contrario, tienen que dejar paso a otros que piden una oportunidad".
A Germán no le importa volver a ser el último, tiene su contravalor en entrevistas. Es joven para dejar de ser ciclista, para dejar de hacer lo que más le gusta, para dejar de soñar despierto. Tendrá que hacer su carrera en la Vuelta a España, fuera de los focos, en tierra de nadie. No la ganará, aunque se la haya adjudicado en sus sueños. Ahí, Germán Nieto es otro: "Lo hice a lo grande, ganando etapas".
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