Almunia anuncia medidas contundentes para resolver la "deplorable imagen" del PSOE valenciano
El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, anunció ayer que ahora será la dirección del partido la que resolverá con "rapidez y contundencia" la crisis que los socialistas valencianos no han sabido superar en su congreso extraordinario del pasado fin de semana. Almunia concluyó que el congreso había terminado con un resultado "lamentable" porque el partido había salido del mismo "todavía más dividido de lo que entró". El portavoz de la Ejecutiva Federal, que abordó ayer este asunto con bastante crudeza y autocrítica, calificó la imagen ofrecida por todos los sectores como "deplorable".
Ni Almunia ni el portavoz de la Ejecutiva, Alfredo Pérez Rubalcaba, quisieron o supieron concretar ayer qué medidas tomará la dirección del PSOE en los próximos días para atajar la crisis que mina al socialismo valenciano casi desde que perdieron las elecciones autonómicas frente al popular Eduardo Zaplana, en 1995. Sí fueron firmes y claros para destacar que el congreso extraordinario del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE) del pasado fin de semana no había servido precisamente para cicatrizar heridas.El líder del PSOE resumió el balance del cónclave como "lamentable desde todo punto de vista". Añadió que su desarrollo se produjo "de forma muy diferente" a como hubieran deseado desde la dirección del partido y remachó que la salida finalmente acordada no era "satisfactoria para nadie".
El congreso acabó con un respaldo a la nueva dirección, presidida por Joan Lerma y con Joan Ignasi Pla como secretario general, de sólo el 43% de los delegados. Y también con una marginación de las otras dos familias históricas del socialismo valenciano, la que controla Ciprià Ciscar, secretario de Organización del PSOE, y el sector del exministro Antoni Asunción, que ayer dimitió de su actual cargo de portavoz en las Cortes Valencianas.
Almunia ofreció ayer alguna pista de por dónde podrán ir las actuaciones inmediatas de la dirección del PSOE al considerar que no le extrañaba la dimisión de Asunción. No precisó mucho más. Tampoco lo hizo tras la Ejecutiva Federal su portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba. Al parecer, las opciones que se barajan pasarían más por la búsqueda desde Madrid de un consenso político entre todos los afectados que por una medida drástica reglamentaria o estatutaria. No obstante, la Permanente de la Ejecutiva Federal del PSOE, que dirige Almunia, estudia la posibilidad de anular el congreso extraordinario. Los elementos que servirían de percha para invalidar el resultado del congreso son dos. Uno, la presidenta de la Mesa, Ana Noguera, convocó la votación sin estar presentes tres de los cinco miembros que la componían y que se retrasaron unos minutos. Dos, la presidenta consideró que el quórum necesario para elegir la nueva ejecutiva era el existente al constituirse el congreso y no en el momento de votar. En caso de anularse el congreso, la Mesa constituida no podría convertirse en dirección provisional del PSPV. Ello obligaría a la dirección federal, y concretamente a Almunia a designar una comisión gestora. Pérez Rubalcaba sí confesó que en la Ejecutiva se había abordado la crisis con bastante autocrítica, y que los cuatro representantes presentes del PSOE valenciano (Ciscar, Lerma, Ana Noguera, presidenta del congreso, y Josefa Frau) habían asumido su cuota de responsabilidad en la "deporable imagen pública" dada. Apuntó que se había decidido transferir la solución del conflicto a la Comisión Permanente, un órgano más reducido y resolutivo en el que están también Ciscar y Lerma.
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