Un sistema para tener los nervios de acero
Sumar o perder. En el golf hay dos maneras de contar: por golpes y por hoyos. Por golpes, que es la fórmula medalplay, quiere decir que se suman todos, desde la salida del hoyo 1 hasta que se acaba el 18, y el resultado de cada jugador entra en una clasificación general que gana quien ha sumado menos golpes. En cambio, la fórmula del matchplay (la que se emplea en la Ryder Cup) es un partido entre dos jugadores en el cual vence, o elimina al otro, quien ha ganado más hoyos de los 18.Esta fórmula matchplay, aunque sea la primera con que empezó a jugarse al golf y resulte la más familiar para los golfistas aficionados, es rara en los torneos profesionales. Desapareció del circuito americano en 1957, se recuperó en 1964 en Inglaterra para un campeonato por invitación y se ha jugado en el primero de los tres torneos multimillonarios de este año.
La Copa Ryder se disputa a 28 partidos, 16 dobles y 12 individuales, cada uno de los cuales vale un punto. Europa ganó a Estados Unidos hace dos años en Valderrama, por la mínima: 14 y medio a 13 y medio. En el medal hay que ser regular porque todos los fallos quedan reflejados en la anotación de la tarjeta. En el match, al tratarse de un cuerpo a cuerpo, hay componentes de estrategia y psicología. Ya en febrero, cuando se jugó el primer matchplay del circuito profesional americano desde 1957, aparte la Ryder, y los favoritos no pasaron de los cuartos de final, se planteó a la organización variar la fórmula. Para el carácter tan competitivo de los americanos, la gran virtud del golf de competición por suma de golpes es que no produce vencidos: los torneos dan un ganador y una clasificación donde caben todos los que son. Pero en el match, de cada partido sale un ganador y un perdedor. El riesgo de ser derrotado, de haber perdido ante otro, es agobiante y demoledor para la estima de un profesional. Los norteamericanos todavía no aciertan a comprender por qué han sido derrotados cuatro veces y media en los últimos siete encuentros de Ryder por un equipo europeo teóricamente inferior que, sin embargo, ha sabido desarrollar una labor de equipo.
Patriotismo
Algun día alguien tendrá que explicar por qué precisamente el golf ha producido la primera explosión de patriotismo de la Unión, lo cual, por cierto, ha sido aún más lacerante para el orgullo estadounidense. Confiesan sus jugadores que la responsabilidad de defender los colores de su país es acongojante. En el matchplay hay que tener los nervios de acero.
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