Las salas Cero y Talía, a escena
Cualquiera puede caer bajo el hechizo del teatro. Da igual que tenga un puesto seguro, como funcionario de la Administración, o que sea de ciencias puras, nadie está a salvo. Del poder de atracción que tienen los escenarios pueden dar buena fe Elias Sevillano, matemático de 29 años; Ángel López, físico de 32, y Magdalena Villegas, funcionaria de 49 años. Los dos primeros dirigen la sala Cero, un espacio que se inauguró ayer; mientras que Villegas es la responsable de la sala Talía, que abrió la pasada semana.Ambos teatros, ubicados cerca de la sevillana Alameda de Hércules, son proyectos privados que acogerán espectáculos alternativos y que se suman a la oferta de La Imperdible. La sala La Imperdible, pionera en Andalucía en el teatro alternativo, se ha consolidado. Tras 11 años de funcionamiento es un espacio que se ha ganado un público fiel y que, en casi todos los espectáculos, tiene que poner el cartel de "No hay entradas". Muy cerca de La Imperdible funciona también Territorio de Nuevos Tiempos (TNT), un centro de producción privado que cuenta con su propia sala, aunque no ofrece una programación continuada.
Ambos espacios han creado un ambiente teatrero en la zona, próxima a la Alameda de Hércules, a ellos se sumó ayer la sala Cero, el proyecto de Ángel López y Elias Sevillano que se ha inaugurado con la obra ¿Cuándo se come aquí?, dirigida por Juan Carlos Sánchez. La sala, con capacidad para 88 personas, nace para acoger espectáculos de pequeño formato y ofrecerá además exposiciones de arte.
Sevillano y López se conocieron hace siete años en un grupo de teatro universitario, La Farra. Aunque ambos han tenido varios trabajos relacionados con sus carreras, el teatro ha ganado el pulso. Montar sala Cero les ha supuesto, además de dos años de trabajo, unos cinco millones de pesetas, que les han prestado familia y amigos, a los que han sumado una subvención de un millón de la Diputación de Sevilla.
"Sabemos que es arriesgado, pero la profesión de empresario teatral está muy devaluada y queremos contribuir a que esto cambie", dice Elías López.
"No somos teatro alternativo, porque nuestra oferta no es una alternativa a la que ya existe, sino que la complementa. Nos gusta hablar de sala paralela", precisa López. Sala Cero, que funcionará en la calle Miguel Cid, mantendrá los espectáculos tres semanas. Carmen confía, con Lola Marmolejo, y Bradmilla, de Seguramente Teatro, estarán hasta diciembre.
La sala Talía, que ha ocupado la nave de un antiguo polvero en la calle Sol, dispone de 170 localidades y comenzará su programación con una producción de La Madriguera, un grupo de Rota (Cádiz) que pone hoy en escena Arlequino, servidor de dos amos, de Goldoni.
"Soy una idealista y amo mucho al teatro". Así justifica Magdalena Villegas, que es funcionaria, el empeño que ha puesto en la sala Talía, que ella dirige. Magdalena pasó por compañías de aficionados y se dedicó después a la producción.
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