El PP se limita a denunciar la carga ideológica de TV-3

El Partido Popular (PP) evitó ayer en el debate parlamentario un choque frontal dialéctico con Convergència i Unió (CiU) y limitó sus críticas al campo nacionalista sobre todo respecto al contenido ideológico de algunos programas de la televisión pública catalana. Los conservadores se apartaron de la opinión unánime del resto de grupos de la oposición y rebajaron el nivel de sus exigencias respecto al sistema de elección del futuro director general de la corporación, ahora exclusivamente en manos del presidente de la Generalitat.Si durante todo el día de ayer el diputado popular Ricardo Fernández Deu apostó porque el director fuera elegido por la mayoría absoluta del Parlament -y así figuraba incluso en el discurso que se distribuyó a la prensa- en el debate se limitó a apuntar que existen "diversas fórmulas", pero siempre otorgando un mayor protagonismo de los diputados en este proceso.

La actual legislación en materia audiovisual no es suficiente para evitar, e incluso provoca, ciertas arbitrariedades por parte del partido gobernante, en este caso Convergència i Unió, con el objetivo de controlar los contenidos de los medios de comunicación públicos. "Consideran los medios públicos como un patrimonio exclusivo del Gobierno", manifestó Fernández Deu. Por este motivo, el diputado pidió un nuevo marco legislativo que regule "las reglas del juego" y que otorgue más competencias de control y gestión al consejo de administración de la corporación o al Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). Dos ponencias parlamentarias se encargarían de redactar los textos legales, que deberían ser aprobados por consenso de los grupos.

Emisoras de radio

El PP apostó ayer por traspasar al CAC la adjudicación de las frecuencias de radio, ahora en manos del Gobierno, y otorgarle el papel de garante de la "neutralidad" informativa con competencias además en materia sancionadora. Por lo que respecta al consejo de administración de la corporación, Fernández Deu propuso que tuviera plenas competencias de gestión y que sus miembros fueran elegidos por la mayoría absoluta del Parlament.

El parlamentario conservador se explayó en sus críticas sobre el contenido de los programas informativos y de entretenimiento de TV-3 que, a su juicio, adolecen de "auténtica intencionalidad y carga ideológica" y de cierta "terapia conductista". Fernández Deu usó multitud de circunloquios para evitar acusar a TV-3 de demasiado nacionalista y tan solo puso ejemplos concretos, como utilizar la denominación de Estado español para referirse a España.