Policía escolar
PACO MARISCAL
La lectura de la noticia eriza el pelo y hasta la sangre: en la verde y cartesiana Francia patrullará la policía por los recintos escolares. La anti-escuela en la escuela, dicho sea con todo respeto a la policía gala, que cumplirá con las tareas que le son propias. Adiós, por otro lado, al sentido común que reflejaban las milenarias máximas de nuestros escritores latinos, las que aconsejan educar a la juventud con la razón que no con la fuerza.
¿Y aquí qué? Pues aquí se está incubando o empieza a romper el cascarón esa ave de torvo vuelo: la violencia escolar. Que ésa ya asoma incipiente en muchos de nuestros recintos escolares al amparo de una atmósfera donde escasean la convivencia y la disciplina académica. Disciplina y convivencia absolutamente necesarias en el estudio y la formación humana de lo más valioso que posee una sociedad con futuro: las mozas y mozalbetes de 13,14,15 o 16 años, que viven la alegre primavera de su edad florida. Edad en la que se les sirvió en bandeja una polémica ESO. De momento se multiplican los expedientes disciplinarios, todo un aviso y una inutilidad, y ha aparecido el tristemente denominado abandono escolar: los llamados "desertores de las aulas", que en algunos centros alcanzan cuotas del 15 al 20%. Y lo más lamentable: eso se produce en la red pública de enseñanza, y no en colegios adonde acuden más o menos seleccionados o se seleccionan.
Hay que hablar claro y afirmar que, lentamente pero sin pausa, la red pública de enseñanza se está convirtiendo en una red "compensatoria" de la red de enseñanza concertada o privada. Los débiles socialmente no tendrán enseñanza de calidad, aunque quizás lleguen a tener policía. Amargo tratamiento de la diversidad del alumnado, originado por la polémica ESO, y apenas reconocido digna y humildemente por algún responsable político de aquellos que detentaban cargos en la administración educativa a principios de los noventa.
Porque la polémica ESO y otros huecos de la LOGSE no pueden reducirse a una cuestión crematística: mayores dotaciones económica y urgente y necesaria construcción de centros docentes. Sin quitarle un gramo de importancia a ese aspecto crematístico, se trata de reformar lo reformable en la Logse, y adecuar el sistema escolar a las necesidades educativas de los distintos alumnos. Una adecuación que nada tiene que ver con las laberínticas medidas para atender a la diversidad oficializadas en el BOE o en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana. El abandono escolar, el desinterés por el aula, la indiferencia, la indisciplina y los conatos de violencia estaban como programados.
Un desaguisado y una injusticia social será esa escuela compensatoria pública para las capas sociales más débiles. Y los gerifaltes de las APA, mientras tanto, centrando su interés en convenios millonarios con la Consejería de Educación, que dicen muy poco de la función desinteresada de padres que tenemos todos. Y ése si que es un tema que necesita convenio y pacto y consenso, y no imposiciones a golpe de decreto. Pero a lo peor, y dentro de pocos años, tendremos policía estatal, autonómica, municipal, Guardia Civil, y policía escolar.
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