La Generalitat ordena el desalojo de la cala 'hippy' de Vallpresona
El delegado de la Generalitat en Girona, Carles Llorens, está dispuesto a recurrir a la policía para hacer cumplir la orden de desalojo de la cala Vallpresona dictada por los consistorios de Santa Cristina d'Aro (Baix Empordà) y Tossa de Mar (Selva). Ambos ayuntamientos intentan acabar con el campamento neo-hippy de la cala, un asentamiento de un centenar de tiendas y barracas que perdura, gracias a su difícil acceso, desde los años setenta y que se ha convertido en el último reducto de acampada libre de la Costa Brava.Hasta ahora han fracasado todos los intentos para poner fin a estas acampadas. Las multas y las advertencias administrativas no surten efecto y la dificultad de su acceso hace que no pueda realizarse una vigilancia efectiva de este paradisiaco espacio natural. La delegación de la Generalitat sostiene que la presencia de los campistas ha sometido al paraje a una intensa degradación. También alude a que el asentamiento "no dispone de las más indispensables condiciones higiénicas y de seguridad para vivir". Los campistas más concienciados de Vallpresona entierran sus defecaciones y transportan sus desperdicios hasta el contenedor más cercano. No obstante, en verano acuden a la cala campistas menos cuidadosos y la acumulación de basuras llega a ser cuantiosa.
La Generalitat está dispuesta a dar apoyo técnico a un posible desalojo forzoso para que la cala recupere su estado natural. Los dos ayuntamientos que se reparten el término municipal que ocupa la cala aseguran que el campamento vulnera de manera continuada las normas de seguridad, sanidad y medio ambiente.
Notificación
La Delegación Territorial de Girona informó ayer de que los Mossos d'Esquadra han notificado el contenido de las órdenes municipales de desalojo a las personas que han podido encontrar estos días en la cala. Además, han colocado en lugares visibles, a efectos de conocimiento general de los campistas, copias de las notificaciones. En las mismas se insta a las personas acampadas en el paraje a retirar las construcciones emplazadas bajo la densa arboleda y a rehabilitar el paraje en un plazo de 15 días.
La tarea de desalojar el paraje no se presenta nada fácil, teniendo en cuenta que sólo puede accederse a la zona a pie y por estrechos caminos. El campamento se ha ido consolidando con los años mediante chozas de caña y todo tipo de accesorios y cachivaches. La mayoría de los habitáculos permanecen desiertos hasta la época veraniega. La retirada de todo el material requeriría un importante despliegue y no existirían garantías de que unos días más tarde la zona no pudiera volver a ser ocupada por las tiendas.
El desalojo de Vallpresona plantea además problemas que deberán resolver los servicios sociales, puesto que en el campamento viven permanentemente dos o tres personas con escasos recursos y que han hecho de una barraca su única vivienda.
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