Plata
Una fiel estadística de las comparecencias en Málaga del consejero de Agricultura revelería sus preferencias por los lunes y los viernes. El responsable oficial del campo y la mar andaluces tiene su cuartel general en Antequera, y parece que ésa es la fórmula que ha escogido para mantener sus raíces, sin poner en peligro sus riñones con una arriesgada ida y vuelta a diario a Sevilla por la A-92. Es la semana doméstica que incluye sábado y domingo y rueda de prensa de entrada o salida. Un método que Paulino Plata acabará por exportar al resto del Ejecutivo no capitalino con el agrado del presidente Manuel Chaves, en la seguridad de que cuando sus edecanes se encierren en sede oficial no les interrumpirá la concentración el recuerdo de sus añoradas habichuelas.Plata es un superviviente. Al llegar de cuota guerrista al Gobierno descubrió el filón político de la oliva y paseó la idea de un anunció americano de jamón y aceite con Antonio Banderas, que nunca se filmó. Al final, optó por posar de figurante en un cromo nacional y con Felipe González de máximo degustador. Un pedigrí que le llevó a la ejecutiva provincial de su partido con el aval de Enrique Linde y pese a las quejas comunes de los encontrados Juan Fraile y Luciano Alonso, los dos últimos presidentes del PSOE local que ahora dirigen la Diputación y la Delegación del Gobierno andaluz. Sus compañeros lo defenestraron tras los últimos comicios pero, de nuevo, alcanzó la orilla. Ahora dicen que Chaves le quería para contrarrestar el peso de su homólogo nacional, el ministro Miguel Arias Cañete. Y no defrauda, ya le ha metido en su cartera la caída del precio del aceite. Preso de la euforia, Plata también se atreve con una campaña a pie de playa contra el consumo de los mal llamados chanquetes y se ha congraciado de tanto atosigamiento informativo, encargándose personalmente de que cada plumilla se marchara del penúltimo evento con una gorra. Nadie pone en duda de que tiene su vela para cada santo, lo que no necesita Irene Castro que se ha quedado con la Patrona, la Virgen del Carmen en su casa. Es una de los 650 vecinos de Montecorto que perdieron por ruina su iglesia, y se han repartido las imágenes. Los oficios se celebran en una antigua aula de EGB; bautizos y comuniones en el patio escolar. Menos mal que desde hace medio año no hay razón para un funeral.
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