Linares abre al público la casa-museo del guitarrista Andrés Segovia
Resultaba cuando menos paradójico que la memoria de uno de los músicos más universales del siglo XX permaneciera vigente en todo el mundo y se desvaneciera en su pueblo natal. Eso es lo que ocurría en Linares (Jaén) con la figura del guitarrista Andrés Segovia, considerado el más grande concertista de guitarra contemporáneo. Ahora, trece años después de su muerte, Linares ha saldado la deuda que tenía pendiente con este artista que hizo hablar a la guitarra al abrir al público su casa-museo.
Archivo
A partir de ahora, la casa se convertirá en referencia ineludible para todos los estudiosos del más español de los instrumentos musicales: la guitarra. Problemas financieros han provocado que el inmueble que acoge la casa-museo de Andrés Segovia (Linares, 1893-Madrid, 1987), un restaurado edificio del siglo XVII, haya permanecido cerrado más de un año desde su inauguración oficial hasta la apertura al público. Gracias a la perseverancia de la viuda del guitarrista y, sobre todo, a la de su biógrafo, Alberto López Poveda, los linarenses pueden sumergirse ya en la memoria de este paisano ilustre contemplando objetos personales, como las guitarras que lo llevaron por todos los rincones del mundo; las numerosas condecoraciones que recibió -como la medalla del Sol Naciente, máxima distinción de Japón-; las partituras de sus más afamadas composiciones y otros enseres, que desprenden el aroma propio de un romántico de las seis cuerdas que fue nombrado doctor honoris causa por más de diez universidades.
El biógrafo de Segovia, Alberto López Poveda, destaca que la casa-museo se convertirá en un centro de investigación y estudios musicales para todos los amantes de la guitarra y de la música en general.
Un denso archivo, todavía sin acabar de catalogarse, es el fiel reflejo de la memoria viva de un artista que ofreció su primer concierto, con sólo 14 años, en el Centro Artístico de Granada, y que ya no soltó la guitarra hasta su muerte. Sus melodías lo llevaron a ser nombrado, en 1976, Embajador de la Paz por todo el mundo. Ahora, su casa-museo acoge también la cripta en la que reposarán los restos del ilustre músico.Amigo durante su juventud de músicos como el gaditano Manuel de Falla, el poeta García Lorca o Fernando de los Ríos, el guitarrista linarense -que vivió en Granada y en Sevilla antes de exiliarse a Italia durante la Guerra Civil- fue también miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Para paliar los problemas económicos del Ayuntamiento de Linares, la Fundación Andrés Segovia -que es la entidad que gestionará la casa-museo- ha movilizado a una veintena de voluntarios que serán los encargados de guiar a los visitantes durante el itinerario por el Palacio de los Orozco.
El edificio permanecerá abierto a las visitas del público todos los días hasta la finalización de las fiestas linarenses de San Agustín. A partir del mes de septiembre, sólo se abrirá durante cuatro días a la semana: martes, jueves, sábado y domingo.
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