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Tribuna:EURO | COYUNTURA INTERNACIONAL | EURO
Tribuna
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¿Amenaza para las exportaciones?

La reciente recuperación del euro, que en promedio en octubre de 2000 alcanzó 0,85 dólares y en el mes de enero cotiza en torno a 0,95, ha suscitado la preocupación por su impacto sobre la actividad económica europea, fundamentalmente a través de las exportaciones. Apenas la moneda recupera los niveles del pasado julio y ya se cuestionan sus efectos negativos sobre el crecimiento. La razón de esta inquietud es que las exportaciones europeas han sido uno de los motores de la recuperación económica de los últimos años. Sin embargo, conviene hacer algunas precisiones. En primer lugar, recordar que buena parte del comercio de los países europeos tiene lugar dentro de los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM). Sólo un 45% del comercio de la UEM se lleva a cabo con el resto del mundo y, por tanto, se ve afectado por la evolución del euro. Este porcentaje podría matizarse a la baja por el comercio con el este de Europa, algunas de cuyas divisas están atadas al euro.

En segundo lugar, el impacto varía entre los diferentes países. La elasticidad de las exportaciones al tipo de cambio es 0,3 para Italia y 1 para Alemania, mientras que Francia y España tienen una elasticidad en torno a 0,6. Esto quiere decir que una apreciación permanente, o en un horizonte suficientemente largo, del euro del 10%, reduciría nuestras exportaciones en un 6%. Como el porcentaje de comercio exterior de la economía española destinado al resto del mundo es apenas de un tercio, el máximo impacto que podríamos esperar es una reducción de las exportaciones de dos puntos. Para el conjunto de la UEM, la elasticidad está en torno a 0,6, y esa apreciación del euro detraería unos tres puntos a las exportaciones europeas. Ahora las exportaciones de la UEM están creciendo en torno al 12% y podrían como mucho caer al 9%. La amenaza, pues, es limitada.

Las expectativas para la divisa europea en 2001, aun sin descartar que en algún momento pueda alcanzar la paridad con el dólar, no son de una mayor apreciación desde la cotización actual. La probabilidad de que la economía estadounidense se recupere del bache, impulsada por la política monetaria y fiscal, a medida que transcurra el año, podría incluso presionar a la baja a nuestra divisa a finales de año. Sólo en el caso de que el dólar cayese un 20%-30% como consecuencia de un ajuste brusco de su economía, la preocupación por el deterioro de la competitividad europea pasaría a primer plano. Mientras tanto, el buen comportamiento de las exportaciones en los últimos meses, apoyadas en el aumento del comercio mundial y en la depreciación del euro, no deben hacer olvidar que la UEM puede hacer algo para incrementar su capacidad exportadora. Aumentar la productividad de su economía es una vía, como ha demostrado la experiencia estadounidense, donde, con una notable apreciación del dólar, el crecimiento de las exportaciones de bienes superó el 12%.

Miguel Sebastián es economista del servicio de estudios del BBVA.

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