Detenidas 11 personas de una red que prostituía a un centenar de inmigrantes
La policía liberó a cinco chicas, entre ellas una menor de 17 años que fue obligada a abortar
La Brigada de Extranjería y Documentación ha detenido a 11 personas de nacionalidad rumana que obligaban a prostituirse, en la Casa de Campo, a mujeres que captaban en Rumania y Moldavia. En la operación, los agentes liberaron a cinco chicas, una de ellas una menor de 17 años. La banda, que llevaba al menos dos años actuando, controlaba a más de un centenar de mujeres inmigrantes.
Después de atravesar la fron-tera con documentación falsa -generalmente pasaportes checos- o eludiendo los controles fronterizos con ayuda de profesionales, llegaban a Madrid donde, una vez instaladas en pisos, lo primero que recibían era una paliza que les adelantaba las nefastas consecuencias que podía tener para ellas o sus familiares desobecer las órdenes que recibían.
Los agentes del Grupo IV de la Brigada de Extranjería y Documentación indican que se han recuperado también objetos y joyas, procedentes de robos por el procedimiento del alunizaje, por valor de cinco millones de pesetas.
El presunto jefe del grupo, Ioan C., de 32 años, ya había sido detenido en otra ocasión por un delito semejante, pero con otra identidad. De él y de su segundo, Tanafis B., de 22 años, dependían directamente otras 40 personas que controlaban entre tres y cuatro chicas cada uno. Una mujer, Monika V., de 25 años, era la encargada de las chicas y de recaudar el dinero. Además de las vejaciones que debían soportar las mujeres, muchas quedaron embarazadas y fueron obligadas a abortar, incluida la menor de 17 años, para lo que se les proporcionó documentación falsa, según informan las mismas fuentes policiales.
Las víctimas de la extorsión sexual permanecían en Madrid sólo un periodo de tres meses, tras el cual los responsables de la banda las trasladaban de vuelta a sus países de origen, Rumania o Moldavia, o a otros lugares como Italia o Grecia, donde continuaba su explotación. La investigación, que lleva más de un año abierta, continúa adelante a la espera de identificar a todos los implicados. Además de los que actuaban en España, la banda tenía contactos en los países de origen de las víctimas, que se encargaban de reclutarlas. Aprovechando la compleja organización, el grupo cometía otros delitos. En los pisos que la policía registró en Pozuelo y en Madrid, se intervinieron dos armas de fuego simuladas, armas blancas de gran tamaño, bates de béisbol y catanas.Las mujeres que controlaba la red mafiosa carecían de cualquier derecho, como demuestra la forma en que los delincuentes procedían a su reparto. Cuando llegaban más mujeres de las previstas introducían sus nombres escritos en una papeleta dentro de un sombrero. Cada proxeneta metía la mano y sacaba varios nombres; luego se encargaba de explotar a las dos o tres que le tocaban. Una vez que las mujeres comenzaban a ejercer la prostitución, sus explotadores procuraban que dedicasen a esos menesteres el mayor número posible de horas para aumentar la recaudación. Además de trabajar en la Casa de Campo, las trasladaban a diferentes clubes.
Los implicados en la trama ejercían también de ladrones. En el registro policial de los pisos que ocupaban se recuperaron varias cazadoras de cuero, mecheros de oro y bolígrafos de marca. La encargada de la vigilancia de las mujeres, Monika V., tenía en su poder dos abrigos de visón, robados mediante el procedimiento del alunizaje en una peletería. Al responsable del grupo de delincuentes, Ioan C., también se le intervinieron joyas por valor de más de cinco millones de pesetas en el momento de su detención.
Desde hace tiempo, la Casa de Campo se ha convertido en uno de los puntos de prostitución con mayor actividad de la ciudad. Fuentes policiales calculan que allí trabajan a diario cerca de 800 mujeres, en su mayoría africanas, suramericanas y europeas del Este. El número de personas que buscan clientes en los arcenes de la carretera que cruza el parque se duplicó el pasado año.
Cercanas al zoo
El Ayuntamiento de Madrid y el Defensor del Menor han recibido múltiples quejas, ya que las prostitutas se encuentran en las cercanías del zoo y el Parque de Atracciones. El gobierno municipal, la oposición y los colectivos que ayudan a las prostitutas han intentado en repetidas ocasiones encontrar una solución, pero, de momento, todo sigue igual.
Incluso se habló de cerrar al tráfico la Casa de Campo, lo que provocó una fuerte reacción de las prostitutas, que temían por su trabajo. Llegaron a calificar la solución de 'locura' y a declarar que, si se prohíbe la circulación de vehículos, se morirían 'de hambre'. La inseguridad de la zona es manifiesta, y ayer mismo, a las doce de la mañana, se produjo una reyerta con arma blanca entre tres marroquíes, de los que dos resultaron heridos leves y uno grave. Los contendientes se hirieron en las piernas y en los glúteos. Fuentes policiales indicaron que la prostitución pudo estar en el trasfondo de la discusión.
Saif Fahde, de 26 años, fue trasladado por otros dos compatriotas al hospital Clínico, donde quedó ingresado con pronóstico leve. Además, Acedí, de 24 años, con pronóstico más grave, y Albelatif Sekafi, de 22, fueron atendidos en la clínica Puerta de Hierro.
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