Empresas solidarias
Algunas compañías empiezan a fomentar que sus trabajadores participen de forma voluntaria en servicios para la comunidad
La ONU ha proclamado 2001 como Año Internacional del Voluntariado. La Fundación Empresa y Sociedad aprovechará este evento para intensificar la promoción de este tipo de actividad por parte de las empresas entre sus trabajadores. Estudios recientes realizados en la Unión Europea revelan que los ciudadanos consideran indispensable una mayor implicación de las empresas en los proyectos sociales y opinan que el mundo de los negocios no muestra la suficiente atención. Por su parte, los trabajadores también están dispuestos a colaborar en este tipo de iniciativas si su empresa las organiza: 76% participaría y un 79% daría un día de su sueldo al año a colectivos marginados, según una encuesta realizada por la fundación en colaboración con Demoscopia.
Este clima de opinión está influyendo poco a poco para que las empresas asuman un mayor compromiso social y pongan en marcha programas de participación de sus empleados en colaboración con alguna organización no gubernamental. La experiencia de la Fundación Empresa y Sociedad, que trabaja desde hace años ayudando a las empresas a identificar los proyectos y a coordinar las actividades, confirma que 'el número de empresas preocupadas por estos temas va en aumento'. Incluso 'existe un mayor interés por la acción social, no como algo específico, sino como parte de la cultura de la propia empresa', señala María Eugenia Larrégola, directora de proyectos de la fundación.
Para facilitar el acercamiento de los dos ámbitos, esta institución ha puesto en marcha recientemente programas de outdoor solidario, team building o trabajos pro-bono. Este tipo de herramientas, bastante novedosas en España, están muy extendidas en los países anglosajones. Se trata de que los empleados dediquen un día o más de trabajo a proyectos sociales.
Uno de esos casos es el de Barclays Bank. El pasado noviembre, medio centenar de trabajadores de diferentes sucursales y departamentos destinaron una jornada laboral a rehabilitar algunos colegios de la asociación CEPRI, que trabaja con niños autistas. Repararon vallas, pintaron muros y columpios y repoblaron los jardines. Barclays liberó a los empleados durante ese día, aportó los materiales necesarios y organizó una colecta entre sus trabajadores, a la que luego sumó una cantidad equivalente para colaborar en la construcción de un nuevo centro.
El beneficio social de este tipo de actividades es claro. Según Larrégola, además la empresa puede 'fomentar el trabajo en equipo y la cultura corporativa'.
Una iniciativa similar es la que tiene en marcha la cadena de hoteles Starwood, propietaria del Palace de Madrid y del Alfonso XIII de Sevilla. José Mª Quirón, responsable de recursos humanos del primero, explica que el año pasado promovieron diversas iniciativas para que los empleados, de forma voluntaria, dedicaran al menos un día a alguna actividad social. 'Esta filosofía impera en los casi 800 hoteles del grupo', afirma Quirón. Con la ayuda de la fundación, el hotel definió una serie de actividades a favor de Horizontes Abiertos, una asociación que trabaja con presas que tienen a sus hijos en la cárcel; de Apascovi, que se centra en niños disminuidos psíquicos, y con los hermanos franciscanos de la Cruz Blanca.
Más de 50 empleados se han adherido a estas iniciativas, y Quirón prevé que este año sean un centenar (el 25% de la plantilla). 'Los resultados son muy satisfactorios porque conseguimos una mayor sensibilización hacia colectivos con problemas y contribuimos a que las empresas de gran tamaño no se deshumanicen', afirma.
Con el objetivo de conseguir mayores beneficios sociales y empresariales, la fundación recomienda 'integrar estas iniciativas dentro de la estrategia y organización de la empresa'. Es recomendable buscar proyectos que estén en sintonía con la naturaleza del negocio, su tamaño y ubicación. Citigroup, por ejemplo, se ha orientado hacia sectores en riesgo de exclusión tecnológica. Ha donado a colegios de dos barrios madrileños desfavorecidos más de 100 ordenadores. Un colectivo de técnicos ayudó en su instalación, mientras que otros voluntarios del banco colaboran en la enseñanza de informática a los profesores. Gabriela Sebastián de Erice, portavoz de Citibank, reconoce que este tipo de proyectos 'crean muy buen ambiente' en la empresa. En colaboración con la fundación, el grupo bancario ha diseñado un programa de asesoramiento para montar microempresas, dentro del programa Capital Local. La iniciativa cuenta con el respaldo económico del Fondo Social Europeo y de la Obra Social de Caja Madrid.
Cualquiera de estos proyectos produce claros efectos tanto internos como externos, pero para diseñarlos conviene medir una serie de elementos: los recursos humanos, financieros y en especie destinados a los proyectos; los costes de gestión; el impacto social (por ejemplo, el número de personas formadas o ayudadas) y el impacto dentro de la empresa.
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