Sensores a 150.000 pesetas y cartones a 10 duros
Por probar que no quede. Ayer entraron en funcionamiento unos dispositivos electrónicos -en forma de pirulí- para controlar la carga y descarga en la esquina de las calles de Bruc y Trafalgar y en esta última calle hasta el cruce con la de Girona. Son 18 plazas de carga y descarga que serán controladas con un sensor lumínico: cuando el vehículo estacione se encenderá un piloto verde, al cabo de media hora -tiempo límite permitido- la luz será intermitente y cinco minutos después se encenderá otra luz ámbar. Si después de todo ello el conductor no retira el vehículo, será multado. Es un mecanismo 'más sofisticado' que los relojes de cartón, explicaba ayer Pere Navarro, comisionado por la alcaldía para la Circulación. También es bastante más caro: mientras que el disco horario tiene un coste de 50 pesetas, el de cada una de las dos plazas que controla un pirulí es de 150.000 pesetas.
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