PP y PSOE tensan al máximo la negociación política para renovar los cargos institucionales
Los populares también ponen trabas a los candidatos de los nacionalistas catalanes y vascos
Pese a los frustrantes contactos de ayer, PP y PSOE se han dado, en cualquier caso, unas horas más, hasta las dos de la tarde de hoy, para intentar salvar estas largas y complicadas negociaciones. Si encallase la conversación que mantendrán esta mañana los portavoces parlamentarios de ambas formaciones, Luis de Grandes y Jesús Caldera, el pacto para consensuar los cargos institucionales habría fracasado. Y los contactos se reanudarían en septiembre.
Caldera y De Grandes se vieron ayer dos veces, algo más de una hora, por la mañana y por la tarde, y no avanzaron prácticamente nada. Sus posiciones para revisar los cuatro puestos vacantes en el Tribunal Constitucional, los 12 del Tribunal de Cuentas y los 20 del Consejo General del Poder Judicial se han enquistado en el último y peor momento porque son muy opuestas.
El PP ha llegado a la recta final de estas conversaciones rescatando una postura firme que mantuvo hace meses, cuando se iniciaron los contactos, de rebajar el perfil político hasta ahora habitual en esos cargos institucionales. Tesis que había olvidado en los últimos tiempos.
El PP trasladó el lunes al líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, tanto a través de Luis de Grandes como del secretario general del partido, Javier Arenas, que la cuota de los candidatos socialistas reservada para esos organismos era demasiado política 'en su conjunto'. El PP, en suma, vetó la oferta global del PSOE, aunque sin fijarse especialmente en ninguno de los nombres planteados, y su portavoz, Rafael Hernando, explicó así de claro el objetivo de su oposición: 'Las listas del PSOE son un cementerio de elefantes'.
Esa salida de última hora es considerada una 'aberración' por Rodríguez Zapatero, que se niega a tachar sus candidatos para unos puestos institucionales porque hayan sido elegidos en las urnas o porque en algún caso hayan sido ministros.
Éste fue el mensaje que trasladó ayer Jesús Caldera a Luis De Grandes. El portavoz del PP emplazó a Caldera para que hoy le hiciera otra propuesta. Simultáneamente, De Grandes exploraría en Presidencia del Gobierno y en la dirección de su partido si tenía margen para suavizar sus vetos. Ambos se despidieron con la certidumbre de que ninguno cambiaría de opinión.
'No sabemos que está pasando, sólo que el PP quiere la mayoría absoluta en todos los órganos, que veta a los nombres propuestos por los socialistas y que no muestra interés alguno en que las minorías estén representadas', concluyó el PSOE.
El bloqueo más grave se ha producido en el Tribunal de Cuentas. El PSOE propone a Luis Martínez Noval (ex ministro de Trabajo y ex portavoz en el Congreso), Jaime González (ex candidato en Castilla y León), Lluis Armet (senador del PSC) y Ciriaco de Vicente (ex diputado). El PP sostiene ahora que no veta en particular a ninguno de ellos, sino que el PSOE 'desnaturaliza' con cuatro políticos sus cinco canditados para un órgano que en teoría fiscaliza las cuentas de todas las Administraciones con independencia ideológica.
La marcha atrás en el Tribunal de Cuentas es lo que más ha llamado la atención en la dirección socialista. Aunque el veto político se extiende también a Juan Manuel Eguiagaray, ex ministro de Industria y ex portavoz parlamentario, para el consejo del Banco de España.
Antes de que se produjera el encuentro de ayer entre De Grandes y Caldera hubo una reunión en la sede federal del PSOE en la que Zapatero dio todo el margen de maniobra a su portavoz parlamentario y dejó patente su rechazo sin paliativos a aceptar que se tacharan los aspirantes socialistas por ser políticos. El PSOE no aceptará esa discriminación.
Si el PP no levantase el veto y el PSOE no hiciera otra propuesta, resultaría imposible también la celebración del pleno del Congreso y del Senado previsto para el próximo día 26 para votar a los nuevos miembros del Consejo General del Poder Judicial.
En este órgano el problema no está en los nombres, que también, sino sobre todo en el reparto político del Consejo y en la decisión del PP de disfrutar de una mayoría absoluta holgada. El PSOE asegura que el mensaje nítido del PP es que quiere la mayoría absoluta con creces; es decir, 11 vocales más el presidente de los 20 a elegir.
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