Un misil balístico ruso lanza al espacio un velero solar en un experimento pionero
El proyecto abre las puertas a vehículos que aprovechan la fuerza de la luz solar
A las 4.31 de la mañana hora local (las 2.31 en España) el submarino atómico Borisoglevsk lanzó desde 60 metros de profundidad un misil balístico intercontinental, pero en lugar de una cabeza nuclear llevaba parte del primer velero solar Cosmos-1, un aparato que en el espacio desplegará ocho enormes astas que forman una especie de vela redonda o molino de viento de 26 metros de diámetro.
Esta vez, al tratarse de un primer vuelo experimental destinado a verificar el correcto despliegue y configuración del artefacto en microgravedad, se debían desplegar sólo dos velas tras separarse del cohete la cápsula en la que viajaban con dos cámaras para grabar el proceso. La cápsula debía realizar un viaje suborbital -alcanzando una altura máxima de 1.200 kilómetros- y 30 minutos después descender en el polígono militar de Kura -a más de 12.000 kilómetros de distancia, en la península de Kamchatka, en el Pacífico- con la filmación hecha durante el trayecto. A última hora de ayer, no se había encontrado la cápsula todavía y se desconocía por tanto si el ensayo había tenido éxito.
Sociedad Planetaria La revolucionaria nave, de 40 kilogramos de peso, en la que ya pensaron algunos científicos y visionarios hace casi 80 años, ha costado cuatro millones de dólares (760 millones de pesetas) y ha sido financiada por la Sociedad Planetaria (planetary.org). Esta sociedad -fundada por el astrónomo y divulgador Carl Sagan en 1980 junto a Louis Friedman, ahora director de Cosmos-1, y Bruce Murray- cuenta con más de 100.000 socios de unos 140 países
La Flota del Norte, responsable del lanzamiento, informó en la mañana de ayer de que la cápsula terminó su viaje en el polígono militar de Kura. Un portavoz de la mencionada flota subrayó que, aunque la participación de la Armada ha sido indispensable para el lanzamiento, el velero solar es un experimento 'puramente civil, pero que se ha realizado con medios militares'.
La cápsula recuperable, todavía experimental, con la que se ha lanzado la vela solar tiene como aplicación más inmediata servir de bote salvavidas para emergencias durante el lanzamiento de un cohete. Esto es posible gracias a su sistema de freno hinchable, que le permite reducir la velocidad de los 7.000 metros por segundo a los 15.
Víktor Kudriashov, responsable ruso del proyecto Cosmos-1, explicó al respecto que, 'a diferencia de los vientos que soplan en la Tierra, el empuje que proporcionan los fotones es constante'.
Inmediatamente después de efectuado el lanzamiento, los veleros solares 'se desplazan con lentitud, pero poco a poco desarrollan velocidades vertiginosas', aseguró Kudriashov. Además, algunos científicos rusos sostienen que el velero espacial resultará la solución más sencilla para resolver el problema de un vuelo tripulado a Marte.
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