Cerca de 200 personas acompañan a la familia en el entierro de la mujer que fue asesinada en Vinaròs

Alrededor de doscientas personas acudieron ayer al entierro de Desiré Arán, la chica de 24 años que apareció degollada en su cama el pasado miércoles en Vinaròs. Horas antes del hallazgo y, aproximadamente, cuatro después de la hora de su muerte, su prometido, Javier Ramón Plà, de 27, fallecía en un accidente de tráfico al invadir con el vehículo que conducía el carril contrario y colisionar con otro turismo en el que viajaban tres personas, que también murieron. Una escueta referencia a la violencia general en el mundo fue el único comentario que se realizó durante el funeral y respecto a las trágicas circunstancias de la muerte de la chica.

Amigos, familiares y compañeros de trabajo de Desiré se dieron cita a primera hora de la tarde para dar el último adiós a la joven, en una tarde en el que el dolor más patente se halló en el semblante de la madre de la fallecida, absolutamente desconsolada. Sin embargo, el acto fue sobrio y no cundió la tensión de hace dos años, en el entierro de una hermana de Desiré que fue hallada muerta junto a su esposo y el hijo de ambos. Aunque la familia no quiso realizar ningún tipo de declaración, los amigos más cercanos a la pareja no dudaron en manifestar su incredulidad sobre la hipótesis que baraja la investigación, que apunta a Javier como presunto autor de la muerte de su prometida horas antes de provocar un accidente que también acabaría con su vida. Aseguran que ambos estaban ilusionados con el embarazo de la chica.