Ferrero disipa las dudas
El español, semifinalista tras imponerse al croata Ivanisevic en un gran partido
Su techo se desconoce. Incluso los más escépticos sobre sus capacidades han capitulado. Juan Carlos Ferrero ha demolido en dos temporadas cualquier atisbo de duda que pudiera aflorar sobre su futuro. Está ahí, en la quinta posición de la clasificación mundial y en las semifinales del Masters en su primera participación. Hace dos años que entró en el circuito profesional del tenis y hoy, con 21, ya está instalado de forma incuestionable en la élite y apunta hacia la cima. Junto al brasileño Gustavo Kuerten, fue el mejor del curso en la tierra batida previa al torneo de Roland Garros y ganó los de Dubai, en pista rápida; Barcelona, Estoril y Roma y fue finalista en el de Hamburgo. El Masters de Sydney le ha catapultado ahora y concedido el reconocimiento general y el de sus propios rivales, ya que nadie esperaba una progresión tan brutal sobre canchas interiores.
La actuación de Ferrero, ayer, frente al croata Goran Ivanisevic fue más memorable incluso que la que le dio la victoria sobre el ex número uno, Kuerten, 24 horas antes. El español mejora cada día. Si frente al ruso Yevgeny Kafelnikov, en el primer turno, mostró ciertas dudas en su mentalidad, ante Kuerten se fueron disipando y contra Ivanisevic desaparecieron. Le ganó por 7-6 (7-4) y 7-6 (7-5) demostrando una fortaleza aún desconocida. Su juego fue tan impermeable como su cabeza. No había grietas. Todo se deslizaba a su alrededor de modo que resultaba imposible resquebrajarle. Fue un jugador monolítico.
Ivanisevic sólo pudo escudarse en su saque las tres primeras veces que sirvió. Ferrero, que entonces le estaba estudiando todavía, sólo le ganó dos puntos hasta el empate a tres juegos. Pero, cuando el gran Goran, campeón de Wimbledon, sacó por cuarta vez, el valenciano había adquirido ya la capacidad para leer sus lanzamientos. Así, comenzó a anticipar el recorrido de la pelota y a restar de manera tan increíble que al mismísimo Ivanisevic, mister Ace, le entró el miedo en el cuerpo. Tanto que, aunque salvó el juego con dos directos, estaba claro que el saque no le bastaba. Y eso se hizo patente en el desempate y en la continuación del partido.
Sin embargo, el saque sí que le valió al croata para salvar cinco bolas de partido cuando sirvió con 4-5 en contra en el segundo set. Fue su canto del cisne. Al Ferrero de hace sólo unos meses esa circunstancia le habría podido costar el partido. Pero no al actual. Ahora ya sabe que nunca debe bajar la cabeza, que en superficies interiores rápidas sólo ganan quienes mantienen la agresividad a ultranza y no bajan el listón de su saque. Y eso fue lo que hizo. Las aceleraciones y las angulaciones que logró con su drive y su revés y los puntos directos con su saque -ocho aces por 22 de su adversario- le llevaron a ser el quinto español semifinalista en el Masters, tras Manuel Orantes, Sergi Bruguera, Carlos Moyà y Àlex Corretja.
Y allí le esperó la pasada madrugada un jugador que ha cuadrado en Sydney una temporada espectacular, Lleyton Hewitt. El australiano ganó a su compatriota Patrick Rafter y la victoria le convirtió en el primer jugador de su país que concluye un año como número uno del mundo y en el más joven de la historia en lograrlo, a los 20 años y ocho meses, desplazando al estadounidense Jimmy Connors, que en 1974 lo fue con 22 años y tres meses. La otra semifinal enfrentó a Kafelnikov y al frances Sebastien Grosjean, otro novato.
GRUPO ROSEWALL: Ferrero-Ivanisevic (Croacia): 7-6 (7-4) y 7-6 (7-5). Kafelnikov (Rusia)-Kuerten (Brasil): 6-2, 4-6 y 6-3.
Clasificación: 1. Y. Kafelnikov, 3 victorias y 0 derrotas. 2. J. C. Ferrero, 2 y 1. 3. G. Ivanisevic, 1 y 2. 4. G. Kuerten, 0 y 3.
GRUPO NEWCOMBE: Hewitt (Australia)-Rafter (Australia): 7-5 y 6-2.
Clasificación: 1. Ll. Hewitt, 3 y 0. 2. S. Grosjean, 2 y 1. 3. A. Agassi, 1 y 2. 4. P. Rafter, 0 y 3.
Semifinales: Kafelnikov-Grosjean (4.00 de la madrugada pasada, La 2) y Hewitt-Ferrero (a continuación, La 2).
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