Una guerra de escándalos enturbia la campaña electoral francesa
Los casos de corrupción salpican por igual a socialistas y conservadores
Un clima de suciedad se extiende por la campaña electoral francesa, agitada por escándalos continuos en una guerra sin cuartel. ¿No era Jacques Chirac el hombre acosado por los jueces? Pues bien: un ex ministro socialista, René Teulade, fue procesado ayer por 'abuso de confianza' a la mutua de jubilados de la función pública, que paga el alquiler del apartamento en el que vive el ex ministro y otros gastos de aquel.
El procesado, de 70 años de edad, fue detenido espectacularmente por una nutrida fuerza policial, a pocos metros de la sede del Partido Socialista. Se trata de una persona muy vinculada al primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, a su vez brazo derecho de Lionel Jospin. La noticia de su detención fue difundida por radio antes de que se produjera, hasta el punto de que el ex ministro llamó a las emisoras para desmentirla. Horas más tarde fue abordado por un nutrido grupo de policías, que le trasladaron a unas dependencias donde permaneció encerrado 48 horas. Puesto ayer a disposición judicial, el magistrado decretó su libertad sin fianza, si bien le comunicó el procesamiento por un cargo, en principio leve.
Las imágenes de la detención y el traslado bajo escolta han pasado decenas de veces en los canales de televisión de línea conservadora, que sugerían que se investiga un serio delito de financiación ilegal del Partido Socialista. Fuentes judiciales descartaban ayer que esa fuera la causa investigada, lo cual no fue óbice para que la asociación de Amigos de Jacques Chirac sacara la consecuencia de que Jospin y la izquierda no merecen confianza para asegurar las pensiones de los funcionarios.
René Teulade, que fue ministro de Asuntos Sociales en el Gobierno de Pierre Bérégovoy (1992-1993), es un personaje clave del mutualismo en Francia.
Los efectos de la entrada de Chirac en campaña se dejan notar también en el partido centrista Unión por la Democracia Francesa (UDF), que se deshace a jirones. Su líder, François Bayrou, no llega ni al 5% en las intenciones de voto en la primera vuelta de las presidenciales; parte de sus figuras conocidas se han ido con Chirac, y otros dudan de si deberían cambiar de candidato. Bayrou se considera 'traicionado', pero dice que irá 'hasta el final'.
Que el centrismo se deshaga puede ser electoralmente rentable para Chirac, destinatario natural de los votos centristas. En medio de este proceso, el centrista histórico más conocido, Valéry Giscard d'Estaing -que fue presidente de la República de 1974 a 1981-, ha autorizado que se difunda en televisión una película rodada durante su campaña presidencial de 1974, que permanece inédita. Los que la han visto aseguran que va a resultar muy molesta para los gaullistas y su jefe de filas, Jacques Chirac.
Mientras tanto, el fugitivo neogaullista Didier Schuller, que se entregó la semana pasada tras siete años de fuga en el Caribe, con la intención declarada de revelar la corrupción del partido neogaullista Unión para la República (RPR), ve agravada su imagen a través de una acusación póstuma de su hermana, Françoise Verne. Antes de fallecer, esta última redactó un documento -que publica Paris Match- en el que ésta atribuye a su hermano haber robado 'varias decenas de kilos' de piezas raras en la Casa de la Moneda en 1979. Esta mujer, que dirigió esa institución hasta 1985, fue juzgada por las desapariciones de piezas de colección y condenada a tres años de cárcel; durante el juicio reconoció haber robado '60 piezas raras', pero rehusó toda responsabilidad por 'las 944 desaparecidas'.
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