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Entrevista:JUAN OJEDA | Europarlamentario del Partido Popular

'La anterior dirección no ha hecho un trabajo serio'

El europarlamentario Juan Ojeda (Córdoba, 1948) ha controlado la crisis del PP de Córdoba, que él atribuye a la falta de diálogo de la dirección provincial destituida.

Ojeda se situó al frente del sector crítico del PP de Córdoba que ha conseguido desbancar al senador Enrique Bellido de la presidencia provincial de esta formación. El parlamentario europeo auspició un documento, que firmó la inmensa mayoría de cargos públicos del PP cordobés, en el que se recogen críticas contra Bellido por actuar, según este movimiento, contra la dirección nacional del partido, contra el portavoz municipal y ex alcalde de Córdoba, Rafael Merino, y contra la portavoz en la Diputación, María Jesús Botella, cuñada de José María Aznar.

'Es irresponsable que los antiguos dirigentes se movilicen en contra del partido'
'No ha sido una operación contra Bellido, sino para arreglar las cosas'

Pregunta. La situación generada por el sector crítico tenía, al parecer, un componente práctico: hacer una buena campaña para conseguir la alcaldía de Córdoba, pero, ¿ha sido contraproducente el efecto causado?

Respuesta. Lo que hemos hecho es denunciar en los órganos competentes, es decir, ante las direcciones provincial, regional y nacional del partido, la situación en la que se encontraba el PP en Córdoba. Nosotros creemos que, con la falta de coordinación y división que existía entre la dirección provincial y los grupos institucionales, no se podía llegar a unas elecciones. Por el contrario, estimamos que el partido debe tener una imagen sólida y cohesionada, fundamental para conseguir los mejores resultados. Si la crisis se hubiese producido cerca de las elecciones habría sido bastante peor. La situación actualmente no es la ideal, pero ahora estamos en condiciones de recomponer el partido y de ir al congreso extraordinario con una candidatura de consenso.

P. ¿Qué grupo es más responsable del desencuentro?

R. El desencuentro venía motivado fundamentalmente por la negativa de la dirección provincial al diálogo. Nosotros habíamos pedido, a la vista de que la situación del partido no era la idónea, la celebración de un comité ejecutivo extraordinario para discutir la situación interna. La solicitud la hicimos en junio de 2001, pero no se convocó ese comité. Durante ese tiempo, todos los cargos que firmaron el documento han permanecido callados. Ahora hemos pensado que ya no había más tiempo. O lo hacíamos en este momento o no tendríamos la oportunidad de recomponer lo que nosotros pensábamos y seguimos pensando: que el partido estaba mal.

P. ¿Ha merecido la pena armar tanto ruido?

R. La verdad es que el ruido ha sido inevitable porque el problema se ha trasladado a los medios de comunicación. La denuncia debió quedarse en los órganos internos del partido, pero no fue así. Lamentamos que se haya visto esa imagen de división del PP, pero, la verdad, es que no había otra forma de hacerlo.

P. Parece claro que detrás de la operación contra Bellido estaba la dirección nacional y regional del PP. Sin embargo, cuando Javier Arenas y Teófila Martínez han visitado Córdoba siempre han manifestado su apoyo hacia la dirección de Bellido. ¿Por qué ese cambio de actitud?

R. No ha sido una operación contra Enrique Bellido; ha sido una operación interna para arreglar las cosas dentro del partido. Otra cosa es que Bellido se haya podido tomar el asunto como una operación personal contra él. Cada uno puede interpretar subjetivamente los acontecimientos como quiera o como pueda, pero insisto en que no ha sido una operación contra Enrique Bellido, sino una operación de regeneración del partido, que en ningún momento ha contado con el apoyo de las direcciones regional o nacional. Lo que ocurre es que, a la vista de los acontecimientos, las direcciones regional y nacional han considerado que teníamos suficientes razones para que se nos escuchase, y desde la dirección provincial no se nos quería oír. La dirección provincial ha llevado las cosas al límite y la regional ha tomado la decisión de convocar un congreso extraordinario para solucionar el asunto, que es la forma más democrática para que los afiliados puedan expresarse. Ésta es la única forma de que en Córdoba exista una dirección apoyada por todos los militantes.

P. Habla de que no era una operación contra Bellido, pero el documento enviado a la dirección nacional hace referencia a los artículos de prensa de Bellido, a las discrepancias de éste con el portavoz municipal, Rafael Merino, a los desaires que, según los críticos, hizo a la portavoz en Diputación y cuñada de Aznar, María Jesús Botella...

R. Es que Enrique Bellido, como presidente provincial, era el máximo responsable del partido. Pero no sólo denunciábamos eso, también nos referíamos a que se había relegado a una serie de personas con experiencia en el partido, a la falta de coordinación absoluta entre los distintos grupos y al escaso trabajo que se estaba haciendo en la provincia. Decíamos, en suma, que la dirección provincial no funcionaba en conjunto.

P. ¿Cuál ha sido el detonante de esta situación?

R. No ha sido una sola cosa. Las opiniones de Enrique Bellido en los medios de comunicación, en calidad de presidente del PP cordobés, comprometían a todo el partido, que no se sentía en absoluto identificado con algunas de ellas. Además, observamos que la situación se iba deteriorando. A lo largo del último año y medio se han producido muchas cosas.

P. ¿Ha influido también ese documento de mínimos que Bellido presentó a Merino como condición para las elecciones municipales, en el que le pedía su dimisión como diputado, siete puestos de la lista entre los quince primeros y la retirada de los sobresueldos a concejales y diputados provinciales?

R. Ésa es otra; eso también influye. Primero, es un error establecer quién reparte los puestos en las candidaturas. De las listas no se habla en los partidos hasta que faltan dos o tres meses para las elecciones. Ese documento reflejaba que la preocupación de la dirección provincial son las listas y los puestos a repartir en el Ayuntamiento de Córdoba, cuando lo que hay que hacer ahora es un buen programa.

P. Bellido se ha preguntado por qué se ha inmiscuido usted en esta operación.

R. Yo no me he inmiscuido. Yo he trabajado mucho por el partido y me comprometo cuando creo que me debo comprometer. En esta ocasión, por la experiencia que tengo en política, que ha sido bastante intensa, he encabezado este movimiento porque era mi responsabilidad como militante y como cargo público.

P. El presidente destituido se queja de haber integrado en su dirección a muchos críticos y que éstos le han boicoteado su trabajo y varios proyectos.

R. Echar la vista atrás ahora no conduce a nada. Lo que nos debe preocupar es lo que va ocurrir de ahora en adelante. Ahora bien, yo creo que eso que dice no es cierto. Ninguno de los 42 firmantes del documento ha tenido la oportunidad de desarrollar ningún trabajo y, además, creo que nunca se ha desarrollado un trabajo serio dentro de la dirección del PP de Córdoba.

P. ¿Teme que se produzcan demasiadas dimisiones de juntas locales?

R. Creo que es una irresponsabilidad de la anterior dirección que se movilice en contra del partido. Una vez disueltos los órganos directivos, el partido está representado en la comisión organizadora del congreso, que es la que asume los poderes y la representación legítima del partido. Por tanto, cualquier movimiento que se haga en contra de eso es ir en contra del partido, es situarse fuera del proyecto del PP. Segundo, las personas que anteponen enfados momentáneos o lealtades personales a la del proyecto del PP, lo mejor es que no estén dentro del PP. La comisión organizadora tendrá tiempo de cerrar todas las brechas y cicatrizar todas las heridas. Esto va servir para ver quién está en el partido por intereses personales, quién por otro tipo de consideraciones y quién por lealtad del partido.

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