Usera espera la conquista social
Las infraestructuras han mejorado en la zona, pero persisten el paro, el fracaso escolar y la marginaciónLas infraestructuras han mejorado en la zona, pero persisten el paro, el fracaso escolar y la marginación
Hace poco más de 25 años, los habitantes de Orcasur (uno de los siete barrios que componen el distrito de Usera) tenían que llevar dos pares de zapatos en invierno: unos limpios en el bolso y unas botas de agua para poder cruzar por un barrizal y llegar a la parada de autobús. Las casas con agua corriente eran un lujo asiático para unos vecinos que tenían que hacer cola a las cinco de la mañana frente a un camión cisterna. Por eso las reivindicaciones de las más de 120.000 personas que viven en el distrito madrileño no se dirigen tanto hacia el aspecto de infraestructuras, que también, sino hacia los aspectos sociales que les quedan por conquistar.
'Usera es uno de los distritos mejor equipados de la ciudad', asegura el concejal presidente Carlos Izquierdo (PP). Y los concejales de la oposición le dan a regañadientes y con matices la razón. Todos los barrios cuentan con un centro cultural, salvo Almendrales, donde se está construyendo. Todos tienen un centro de mayores, salvo Orcasur, que está en vías de tenerlo. Y todos cuentan con un centro de salud, salvo San Fermín, donde el Ayuntamiento ya ha cedido una parcela. Además, tienen el 12 de Octubre ubicado en el mismo distrito.
Sin embargo, Usera, un distrito donde se palpa un norte (los barrios de Moscardó, Pradolondo, Almendrales y quizás Zofío) y un sur (Orcasistas, Orcasur y San Fermín), tiene motivos más que de sobra para reivindicar. Paro, absentismo y fracaso escolar, gamberrismo, marginación e inseguridad ciudadana son palabras que no dejan de pronunciar el concejal socialista Joaquín García Pontes y el concejal de IU Julio Misiego. Y aquí, es al concejal del PP al que le toca asentir: 'Es un distrito de gente trabajadora y humilde, en el que el principal problema es el paro y donde hay un cupo alto de realojamiento y de vivienda social', dice Izquierdo.
Ésa es precisamente una de las peleas de la coordinadora de asociaciones del distrito. 'Había un compromiso por parte del IRIS [Instituto de Realojamiento y de Integración Social] a no realojar a más gente en la zona, pero no lo están cumpliendo a pesar de que el barrio está saturado', comenta la portavoz vecinal Piedad Martínez Bielsa, quien cifra en un 16% la población del distrito realojada. 'El problema es que meten a las familias y se olvidan de ellas. No les hacen un seguimiento exhaustivo. Y esto, lógicamente, causa problemas de convivencia en el bloque porque dejan de pagar la comunidad, montan broncas por la noche o enganchan la luz para no tener que pagar'. Además, más de un 10% son inmigrantes.
Ocho de la tarde en la avenida de Orcasur. Un grupo de jóvenes, que apenas llega a los veinte años, se baja de un Opel Corsa GSI, uno de los favoritos de los cacos de Madrid. A su lado, una mujer levanta la falda a su niña y la pone a hacer pis en un árbol. En esta zona se ve mucho coche de lujo para un distrito en el que el nivel adquisitivo no es precisamente bollante. 'Vemos niños que a veces no llegan a los 18 años con descapotables, Mercedes... Y todos sabemos que el dinero no viene del polen de las flores', comenta Margarita Mejía, vicepresidenta de la Asociación de Vecinos Orcasur.
Y es que, a pesar de que el concejal presidente del distrito asegura que la delincuencia está en Usera por debajo de la media de Madrid, la coordinadora de las asociaciones vecinales está convencida de que la inseguridad ciudadana en el distrito es uno de los grandes problemas. 'No hace falta ser detective para darse cuenta de que la inseguridad está creciendo. Es una inseguridad que se palpa en el ambiente aunque no se refleje en las estadísticas', comenta Francisco Rodríguez Palenzuela, presidente de la Asociación Guetaria, quien cree que comienza a haber bandas que se están organizando. Sólo un ejemplo: las carreras de coches que organizan los jóvenes en la avenida de Orcasur y algunas peleas de perros que han descubierto en Orcasitas. 'Sólo hay cuatro agentes de proximidad en el distrito, cuando hemos llegado a tener 12', exclama uno de los veteranos del movimiento vecinal, Lorenzo García Santos, presidente de la Asociación Guetaria. Además no hay comisaría en el propio distrito, sólo cuenta con una oficina de denuncias en la propia junta municipal.
Pero la inseguridad del distrito es, según García Pontes, reflejo de un gran problema social del distrito: el paro. Un problema que es casi una maldición, a pesar de que el concejal presidente asegura que 'desde 1996 se ha reducido de forma importante'· La alta cifra de tasa de paro estimada por el Departamento de Estadística del Ayuntamiento sitúa al distrito en uno de los niveles más altos de la capital. 'El desempleo es nuestro mayor mal', mantiene Martínez Bielsa, quien al igual que los representantes de las otras organizaciones vecinales está convencida de que la junta municipal hace más bien poco por solucionarlo. Tan poco que desde el año 2000, las propias asociaciones han decidido hacer de sus dependencias una especie de oficina del Instituto Nacional de Empleo (INEM), donde intentan poner en contacto a la gente con las ofertas de empleo de la zona.
Otro de los graves problemas del distrito es el fracaso escolar. La comisión de absentismo descubrió entre septiembre y diciembre pasados 82 casos de absentismo escolar, lo que sitúa al distrito por detrás de Puente de Vallecas (345 casos), Villaverde (165), Moratalaz (151) y Fuencarral-El Pardo (127) y al mismo nivel que San Blas. Sin embargo los vecinos y la oposición están convencidos de que el problema de la educación en el distrito es mucho mayor. 'Hay un abandono notable de los colegios públicos', asegura Misiego. 'Y no sólo en cuanto a infraestructuras, que da pena verlas, sino también por la alta concentración de inmigrantes que hay en alguno, que acaba convirtiéndolos en centros guetos', añade el concejal de IU. La portavoz de la coordinadora vecinal concreta: 'Faltan profesores de apoyo, sobre todo para los inmigrantes que desconocen el idioma. Si esto no se resuelve, ya me dirás qué oportunidades se están dando a nuestra juventud'.
Y es que la promoción social es algo que preocupa a los vecinos de Usera, personas que han hecho con sus propias manos y durante más de un cuarto de siglo un lugar más habitable en el que vivir. Porque Usera tiene parques y tiene instalaciones que no están nada mal -aunque la coordinadora vecinal haya entregado a la Junta Municipal un extenso documento donde concretan, punto a punto, en qué aspectos pueden mejorar-. Sin embargo aún le queda por culminar la conquista social y lograr que los niveles de educación mejoren para que los otros problemas encuentren también un camino de solución.
Colombia, en el corazón
Los domingos, a partir de mediodía, Usera se solía convertir en la capital de Colombia. En el corazón del distrito, en el inmenso parque de Pradolongo, unos 5.000 colombianos acostumbraban a reunirse y a montar un mercadillo con productos típicos de su país. Pero hace tres semanas, el concejal presidente del distrito, Carlos Izquierdo, prohibió la venta de tamales, arepas y patacón alrededor del lago.
'Si lo hemos prohibido es porque no reunía los requisitos mínimos de higiene. Sanidad ha hecho alguna inspección y ha manifestado que se incumple la normativa: no hay buena higiene, los productos no están en vitrinas ni se especifica su origen', comenta el concejal. Y añade: 'Nosotros no podemos impedir el derecho de reunión, pero no podíamos seguir permitiendo este mercadillo, porque además produce mucho deterioro en el parque: vertidos de aceite en el lago, papeles tirados por todos los sitios...'.
El presidente de la Asociación de Colombianos en Madrid, Pedro Pablo Arias, asegura que desde que se ha prohibido el mercadillo apenas llegan a 2.500 los ciudadanos que acuden a Pradolongo. Sin embargo, se muestra esperanzado en que, después de la mediación del embajador de Colombia, Álvaro Villegas, el concejal 'permita que se normalice la situación'.
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