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Hacienda enmascara sus problemas de caja con un nuevo modelo para explicar sus cuentas

La información oficial sobre la tesorería pública confunde fondos de diversa procedencia

Hacienda estrenó el mes pasado un nuevo modelo de información oficial sobre la tesorería de la Generalitat cuya principal virtud consiste en enmascarar los problemas de caja. El nuevo modelo evita el espacio que se dedicaba a las existencias en la caja presupuestaria, la diferencia entre los ingresos y los gastos relacionados con movimientos del presupuesto, y ofrece en un sólo paquete una combinación que incluye operaciones financieras ajenas a las cuentas aprobadas por las Cortes. Así, la caja resulta positiva en abril y mayo aunque los pagos desbordan a los ingresos.

El presupuesto establece las previsiones de gastos e ingresos anuales de la Generalitat, incluida la amortización de la deuda. En su vertiente de ingresos viene a ser el equivalente a la nómina de cualquier asalariado. En su vertiente de gastos, prevé los gastos asumibles, del mismo modo que cualquier vecino analiza al milímetro el volumen de su nómina antes de embarcarse en cualquier gasto, sobre su capacidad para afrontar una hipoteca que debe pagar mensualmente.

Los fondos extrapresupuestarios incluyen las operaciones de endeudamiento a corto plazo y todas aquellas fianzas que debe custodiar la Administración o los ingresos procedentes de la Seguridad Social debidos a bajas laborales. En el caso de los ciudadanos de a pie, los fondos extrapresupuestarios serían los obtenidos a cuenta a través de tarjetas de crédito o, en casos contados, los ingresos debidos a seguros por enfermedad, por ejemplo.

Hacienda realiza con periodicidad mensual un avance de la situación de tesorería de la Generalitat que incluye la ejecución del presupuesto por parte de cada departamento y un resumen genérico de los movimientos extrapresupuestarios. Siempre se consignaba la diferencia entre los ingresos y los gastos vinculados a la ejecución del presupuesto, un saldo que arrojaba las existencias en caja.

Pero la información correspondiente al mes de abril evita, por primera vez, ese apunte. El saldo de tesorería se obtiene a partir de la diferencia entre los cobros y los pagos vinculados con el presupuesto y los ajenos al mismo. A la postre algo muy parecido a lo que es habitual para llegar a fin de mes en cualquier economía doméstica, un sistema que provoca severas distorsiones a la larga.

A 30 de abril, por ejemplo, los ingresos de la Generalitat debidos a operaciones ajenas al presupuesto rondaban los 3.200 millones de euros, mientras que los correspondientes a operaciones vinculadas al presupuesto de 2002 y de años anteriores sumaban poco más de 2.350 millones.

Un alto cargo de la Consejería de Hacienda explica que el nuevo modelo responde a la adopción, este año, del mismo sistema contable que el Banco de España exige a todas las administraciones desde 1994.

Sin embargo, la confusión entre fondos de diversa procedencia choca frontalmente con la última orden dictada por el Ministerio de Hacienda el 23 de mayo relativa a la contabilidad de la Administración y publicada por el Boletín Oficial del Estado el pasado 5 de junio.

La orden especifica que la información sobre la tesorería del Estado debe distinguir claramente entre los ingresos y gastos vinculados con el presupuesto del ejercicio en curso, con sus correspondientes saldos, de los movimientos relativos a las partidas pendientes de presupuestos de ejercicios anteriores, también con sus correspondientes saldos, y, en un capítulo aparte, los movimientos de tesorería vinculados con fondos ajenos a los presupuestos.

Los problemas que provoca la confusión entre unos fondos y otros se aprecia claramente en la reciente reducción de la deuda pública de la Generalitat. A lo largo del primer trimestre de 2002, el Banco de España acreditó una reducción de 234 millones de euros en la deuda de la Generalitat.

Amortización

Sin embargo, a finales de marzo, Hacienda apenas había destinado 90.000 euros del presupuesto de 2002 para amortizar la deuda pública. El rigor del Banco de España es indiscutible. Pero resulta complicado identificar la procedencia de los fondos que dispuso la Generalitat para amortizar semejante volumen de deuda sin recurrir al presupuesto de 2002.

La posibilidad de que Hacienda recurriera a fondos disponibles porque no fueron ejecutados en ejercicios anteriores para reducir la deuda pública está legalmente vedada y corresponde a la Intervención General de la Generalitat evitar tales bailes contables.

Vicente Rambla, consejero de Hacienda, se apresuró a celebrar los buenos datos relativos al primer trimestre de 2002 acreditados por el Banco de España, pero se mostró muy prudente y explicó que la deuda 'es algo dinámico', sujeto a 'altibajos' porque depende en parte de las transacciones y cobros que se realizan por parte de la Administración del Estado o fondos europeos' que, 'si no llegan con la regularidad normal' pueden generar algunas 'puntas' de tesorería que requieren una 'aportación adicional de endeudamiento'.

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