'El 'caso Pinochet' se cerró hace dos años'
Con escenas de pugilato entre militantes comunistas y los carabineros, la fuerza de seguridad emblemática de la dictadura militar de Chile (1973-1990), el Senado de este país aceptó la semana pasada la renuncia del general Augusto Pinochet a su escaño vitalicio. El ex dictador adujo razones de salud, después de que la Corte Suprema de Justicia (Tribunal Supremo) resolviera hace 11 días exceptuarlo de un juicio por 75 ejecuciones y sucuestros porque su 'demencia vascular' le impedía defenderse.
'El caso Pinochet se cerró hace como dos años, cuando la Corte Suprema de Justicia lo desaforó', declaró a EL PAÍS el vicepresidente y ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza, el socialista que como titular de Relaciones Exteriores abogó hace tres años por la liberación del militar en Londres. 'Aquel fallo fue una verdadera condena, de índole moral. Al decir las razones por las que tenía que ser enjuiciado, en la práctica constata la comisión de una serie de crímenes', se conforma Insulza en su amplio despacho del Palacio de la Moneda (sede del Gobierno), al que se accede sin controles exhaustivos.
El hombre que defendió la 'inmunidad diplomática' de Pinochet para evitar que Gran Bretaña aceptara la petición de extradición del juez Baltasar Garzón se mostró conforme con el final del caso. 'Pinochet va a cumplir 87 años en noviembre. Casi en ningún país del mundo hubiera ido preso. Desde luego, en España, no. En Inglaterra, tampoco. Creo que se ha hecho justicia porque se ha establecido históricamente la verdad sobre la responsabilidad de Pinochet y no se ha podido continuar con el juicio por razones de salud. En cualquier país civilizado hubieran hecho lo mismo', agregó el político socialista, rodeado de fotos con su presidente y correligionario, Ricardo Lagos, José María Aznar y Juan Pablo II.
Insulza considera que Chile le demostró al mundo que pudo juzgar las violaciones de derechos humanos del ex dictador. Reconoció que Pinochet ha dejado de gravitar en la política de su país, pero recordó que sus seguidores salieron a las calles para defenderlo cuando estaba detenido en Londres hasta que se callaron para no perjudicar al derechista Manuel Lavín en las elecciones presidenciales de 1999.
'La derecha no ha ganado elecciones ni las ganará hasta que demuestre a la gente que es realmente democrática', comentó Insulza, que niega aspiraciones a suceder a Lagos, aunque admite que es unos de los presidenciables de la Concertación, la alianza de democristianos, socialistas y otros partidos menores que gobierna desde 1990.
La crisis de Argentina y la turbulencia financiera de Brasil han devaluado en los últimos tres meses el peso chileno en un 8%, pero Insulza confía en que la estabilidad del país andino superará el contagio. 'No es que no nos afecte. Seguramente, si no existieran las crisis de Argentina y Brasil, nos iría mucho mejor', explicó Insulza.
'El impacto es aminorado porque tenemos variables macroeconómicas muy estables y porque además tenemos instituciones que funcionan muy bien', reflexiona el titular de Interior. 'Chile tiene una estabilidad social bastante visible. En la política, más allá de las peleas que siempre existen, desde fuera se ve muy estable y eso es muy valorado. Hemos combinado nuestra política económica abierta con una gran prudencia para tomar nuevas iniciativas', asegura. 'Hace unos años se vivía otra fiebre de apertura, algunos economistas cercanos insistían con que debíamos sumarnos. El exceso de apertura fracasó y esos economistas quisieran no haber dicho lo que dijeron. Hoy clasifican muy mal a Argentina, pero ellos vivían dándole consejos'.
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