Los empresarios lo ven más crudo
Las expectativas para el conjunto del año acusan un significativo retroceso, especialmente en volumen de negocio
Los empresarios no tienen las cosas tan claras como antes. Aunque la mayoría ha aumentado el beneficio, la facturación, la inversión y el empleo en el segundo trimestre del año, sus perspectivas para el conjunto del ejercicio retroceden significativamente.
La economía española empieza a tener achaques y a final de año se va a notar. Según el Barómetro de Empresas elaborado por Arthur Andersen, SL, menos de la mitad de las compañías consultadas -360 que facturan en conjunto 560.000 millones de euros y emplean a un millón de personas- prevé una mejora de la situación, frente al 60,2% del primer trimestre del año. Mientras, los pesimistas han pasado de suponer el 14,6% al 24,2%. Por sectores, es construcción el que ha rebajado más sus expectativas positivas sobre la economía española, hasta el punto de que ahora ha pasado a ser el más pesimista.
La inflación y los costes laborales centran las preocupaciones de los empresarios, que aplauden, sin embargo, las medidas adoptadas en lo referente a gasto público y fiscalidad.
De cara al segundo semestre, las empresas han rebajado sustancialmente sus previsiones. El 66,7% pronostica un aumento de la facturación, frente al 74,4% anterior; el 71,8% prevé aumentar el beneficio, frente al 75,8% que lo esparaba en la última edición del barómetro, y poco más de la mitad -el 52,6%- dice que invertirá más, 4,5 puntos por debajo del cálculo anterior. Sólo mejoran las perspectivas de empleo, ya que el 37,1% de los encuestados afirma que aumentará la plantilla, frente al 32,7% que lo esperaba en el último barómetro.
En el segundo trimestre del año ha sido también el empleo la variable que mejor evolución ha tenido sobre lo esperado, aunque es el mantenimiento de la plantilla la nota dominante. Mientras el 47,7% de las empresas deja invariable el número de trabajadores, el 38% reconoce un incremento de la plantilla, por encima de las previsiones (el 32,7%).
Por el contrario, la facturación es la que ha registrado peor evolución. Pese a que en el anterior barómetro un 71,6% de las empresas pronosticaba un aumento de las ventas para el segundo trimestre, sólo lo ha conseguido el 56,6%. En cuanto a los beneficios, aunque los resultados son ligeramente mejores a los obtenidos en el primer trimestre del año, tampoco se han cumplido las expectativas. El 65,8% de las empresas reconoce haber aumentado su rentabilidad frente al 75% esperado. La inversión sigue su goteo a la baja, y sólo la mitad de los encuestados dice haberla aumentado.
Más de la mitad de los empresarios cree que los accionistas minoritarios no están protegidos, y el 52,5% manifiesta que se debería modificar la ley que regula las ofertas públicas de adquisición (OPA), mientras que el 30,1% se muestra indiferente.
Preocupación por los costes laborales
Las variables que han tenido un efecto más positivo en el rendimiento de las empresas durante el segundo trimestre del año han sido, nuevamente, la productividad (61,5%) y la demanda interna (51%). Los factores más negativos, según los panelistas, han sido los costes laborales (50,3%) y los costes financieros (33%), que tuvieron peor impacto que la influencia de la demanda interna (29,7%) y los costes de las materias primas (28,6%). La gran mayoría de las empresas piensa que la fiscalidad y el tipo de cambio han sido indiferentes para la marcha de las empresas. Las perspectivas para el segudo semestre del año apenas registran variaciones, si bien destaca un mayor efecto positivo de la demanda exterior, que aumenta seis puntos su porcentaje, hasta llegar al 26%. Por el contrario, el coste de las materias primas sería un factor más negativo. Y para el conjunto del año, las variables se repiten: la productividad es el elemento a destacar como positivo por el 61,5% de los encuestados, y la demanda interna, por el 51,2%, mientras las expectativas favorables sobre el euro (22,5%) se destaca como el tercer elemento positivo. De nuevo, para la mitad de los empresarios, los costes laborales serán un factor negativo, lo mismo que los costes financieros, señalados por el 38,4% de los directivos, lo que supone un considerable aumento frente al 27,2% del Barómetro anterior a pesar de los descensos registrados en los tipos a corto y largo plazo desde la encuesta, a finales de marzo. La percepción de competitividad de las empresas españolas con respecto a las europeas se mantiene como en el primer trimestre. El 26,4% se declaran competitivas, el 65,6% se encuentran en proceso de adaptación y el 8% dicen no ser competitivas.
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