Movimientos bruscos
Los escándalos empresariales zarandean las cotizaciones
La renta variable ha vuelto a ser negativa porque ha sido castigada por las noticias que han generado la crisis de confianza más fuerte que se recuerda. Esto se ha traducido en un aumento de la volatilidad bursátil, que ha servido para compaginar fuertes caídas con la segunda mayor subida del año.
La semana en los mercados de valores ha servido para acentuar el deterioro en las cotizaciones, que de una manera especial se produce en un mes de julio a punto de finalizar y que ha resultado fatídico para las bolsas. A falta de tres jornadas, los cuatro ciclos completos del mes han acumulado una pérdida en el Ibex 35 del 8,8%, lo que le convertirá, salvo sorpresas de última hora, en el peor mes de un año negativo para los seguidores de la renta variable.
El lunes, los mercados, sin tiempo para digerir el fuerte correctivo del viernes anterior, vivieron una nueva jornada con caídas superiores en Europa al 5%, siendo la Bolsa española la mejor parada, aunque sumando las bajadas con la sesión anterior la pérdida era del 7,5%. Esta situación se mantuvo en las dos jornadas siguientes, por lo que el mercado español acumuló cuatro mínimos consecutivos, que llevaron al Ibex a estar a punto de perder el nivel de los 6.000 puntos. La reacción a tanto deterioro llegó el jueves, y como la crisis es de confianza, el motivo no podía ser otro que alguna medida contra los escándalos que han llevado a la situación actual. El anuncio del Congreso de EE UU para redactar con urgencia una nueva ley contra el fraude empresarial tuvo una rápida repercusión en Wall Street y el Dow Jones ganó el 6,3%, lo que se reflejó en Europa el jueves con aumentos superiores al 5%. En España la jornada fue casi espectacular, pues a lo ya comentado hay que añadir la histórica revalorización de Telefónica, un 14,18%, al conocerse el anuncio de la operadora de congelar los proyectos de tecnología UMTS (telefonía de tercera generación).
Todas las situaciones comentadas se han traducido en un ciclo de máxima volatilidad, con las cotizaciones de los valores más importantes viéndose zarandeadas por los continuos cambios en los estados de ánimo, aunque casi siempre exportados de Wall Street. Los resultados empresariales están llegando en cascada y son los de las grandes empresas norteamericanas los que influyen en la Bolsa. Los que se están conociendo en España pasan por el momento algo inadvertidos, pero no es malo recordar que en general son bastante más decorosos de lo que la situación de los mercados apunta.
La jornada del viernes ha tenido el cierre más calmado del ciclo, aunque no estuvo exenta de volatilidad. A media sesión llegó a perder el 3%, pero una apertura moderada del Dow Jones suavizó los descensos, lo que supone un cierto alivio de cara a los próximos días, siempre y cuando no aparezcan escándalos contables que enturbien el vulnerable estado de ánimo de los inversores.
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