El Gobierno concede 10.852 becas menos a los universitarios andaluces desde 1996
Málaga y Sevilla han perdido una de cada cuatro becas desde que el PP llegó al poder
El número de becas de régimen general y de movilidad concedidas por el Ministerio de Educación a los estudiantes de las universidades andaluzas mantiene una peculiar caída libre desde que el PP llegó al Gobierno en 1996 hasta el curso pasado. En este periodo, han sido concedidas 10.852 becas menos. Esta cifra global no incluye a la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, que desde el curso 1997-98 al 2001-02 ha recibido un 14,4% más en becas de movilidad y de régimen general, dividida estas últimas en cuatro apartados: material didáctico, transporte, residencia y asistencia a las familias más desfavorecidas (compensatoria). De este modo, en 1995 había 68.075 becados y en el curso pasado la cifra quedó en 57.223.
La disminución de las becas se ha visto acompañada de un descenso en el número de matriculados en Andalucía. No obstante, esta pérdida de alumnado se produce desde el curso 1999-00, ya que los datos del Gobierno central reflejan que hasta el curso 1998-99 hubo un aumento de universitarios en España.
El diputado del Grupo Socialista en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, considera especialmente 'nefastos' los dos primeros años de gobierno del PP, cuando aún crecía de forma notable la población universitaria. 'En este periodo, el Gobierno no incrementó ni la partida para becas ni el umbral de renta que las familias debían tener para optar a ellas. Así, muchos alumnos se quedaron sin ayuda porque cualquier aumento de la renta familiar significaba sobrepasar los requisitos del ministerio para conceder la beca', precisa Heredia.
Según el diputado socialista, en los años sucesivos, cuando el descenso de universitarios ya es imparable, el Gobierno sí incrementa la partida de becas. 'Pero esta subida sólo responde a la inflación declarada por el Gobierno y no refleja el encarecimiento de la vida'.
La congelación inicial de la partida de becas y el incremento posterior -nimio para los socialistas- han desembocado en uno de los aspectos más 'preocupantes', a juicio socialista, de la política de becas del PP: la pérdida de poder adquisitivo de los universitarios. 'En Málaga, por ejemplo, el precio de los pisos se ha disparado y, de forma general, el transporte, los libros y el coste de la vida crece por encima de lo que el Gobierno reconoce y aplica en las convocatorias de becas', puntualiza Heredia.
Evolución dispar
La evolución del número de becas concedidas a las ocho universidades ubicadas en las capitales de provincia ha sido dispar. Las más perjudicadas han sido Málaga y Sevilla. La primera ha perdido casi un 25% de las ayudas en estos seis años, mientras que el 25% de las ayudas a matriculados en la Hispalense se ha esfumado. El descenso se mitiga en un segundo grupo de universidades: Jaén (-11,6% de las becas), Córdoba (-11,9%), Cádiz (-13,4%) y Huelva (-16,2%). Granada perdió un 6% de las becas, mientras que en la Universidad de Almería la merma apenas llega al 1%.
A pesar de estas cifras, el Ministerio de Educación asegura que tanto sus presupuestos como el umbral de renta para percibir las ayudas han aumentado año tras año. Educación también esgrime el descenso de alumnado registrado en estos años.
El descenso en la concesión de becas ha sido notable en Andalucía Oriental. En la Universidad de Córdoba, el número global de ayudas denegadas entre los cursos 1996-1997 y 2000-2001 fue de 11.781; en la de Almería rondó las 7.000 becas; en Granada se registró una media anual de 6.000 solicitudes rechazadas y en Jaén, en los dos últimos años, fueron 3.400 las becas no admitidas. Fuentes de la Universidad de Jaén prevén una reducción aún mayor en este curso, extremo que afectará, sobre todo, a las compensatorias.
El vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Granada, Rafael Díaz de la Guardia, lamenta especialmente la política de becas de movilidad: 'Se intenta dar una imagen de que la LOU fomenta la movilidad cuando al mismo tiempo se reducen las aportaciones a las becas'.
Además, el retraso del Gobierno en los pagos hace que muchos estudiantes, decepcionados, decidan finalmente renunciar a ellas. 'Tal vez a final de curso', continua el vicerrector, 'se haya concedido el número de becas que estaba previsto, pero cuando ya los alumnos no las necesitaban'.
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