Jacques Massu,el general de la batalla de Argel
El general Jacques Massu falleció la noche del pasado sábado. Llevaba más de treinta años jubilado. Varios partidos habían intentado atraerlo a sus listas, pero él consideraba que 'el mundillo político no le conviene a mi género de belleza'. Hace dos años confirmó que el ejército que dirigiera en Argelia en 1957 torturaba a sospechosos de pertenecer al Frente de Liberación Nacional (FLN). 'Y la tortura no es indispensable en periodo de guerra. Sería un progreso que Francia reconociera haberla utilizado en Argelia'.
Bisnieto de un mariscal de Napoléon, Massu es un capitán en el ejército colonial cuando, en 1940, oye al general De Gaulle hacer su llamamiento desde Londres pidiendo a los franceses que no acepten el armisticio. Massu se pone al servicio del general Leclerc, lucha contra los alemanes en el Chad y en Libia, luego entra con las tropas que liberan París y participa en el aplastamiento de los últimos reductos del nazismo. En 1945 desembarca en Saigón. Luego dirige los batallones paracaidistas de África del Norte y en 1956 está al frente de las tropas franco-británicas que se niegan a aceptar la nacionalización del canal de Suez por Nasser. En enero de 1957, sus paracaidistas reciben el encargo de ganar la batalla de Argel, de acabar con los atentados de bomba del FLN. En enero de 1957, el número de explosiones es de 112, pero sólo uno en octubre. Para vencer a los resistentes argelinos ha valido todo y Massu ha 'cubierto' las exacciones de sus oficiales que recurren a la tortura y al asesinato en nombre de la 'Argelia francesa'.
Los colonos hacen de Massu su héroe, pero éste comprende que la aventura colonial llega a su fin. De Gaulle quiere consultar al conjunto de la población argelina para saber si desean ser un departamento asociado a Francia o un Estado independiente. En enero de 1960, en declaraciones a un periódico alemán, Massu critica a De Gaulle, que le cesa de su cargo para convertirle en simple gobernador militar de Metz.
La disputa entre el mito y su admirador no dura. En 1961, cuatro generales organizan desde Argelia un golpe de Estado. Massu permanece al margen, fiel a ese De Gaulle con el que está en desacuerdo. Tres años más tarde Massu es comandante en jefe del Ejército francés. En mayo de 1968, el general De Gaulle no sabe cómo restablecer el orden, duda, piensa en dimitir. Viaja en secreto a Alemania para hablar con Massu, que le confirma su fidelidad y la del Ejército. Un año después, tras perder un referédum sobre la descentralización, De Gaulle dimite. Massu tardará sólo dos meses en seguir a su ídolo y en jubilarse. El sábado, cuando falleció a los 94 años, llevaba 33 años dedicado a ejercer como granjero y escritor de memorias militares.-
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