Los pescadores tienen dos años de tregua para decidir su futuro
Las subvenciones para construir nuevos buques estarán prohibidas a partir de 2005
La reforma de la Política Común de Pesca (PCP) aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros de la Unión Europea, y que entra en vigor el próximo 1 de enero, concede una tregua de dos años a la flota pesquera comunitaria para que los armadores, propietarios de pequeños barcos, puedan seguir pidiendo ayudas públicas para financiar la renovación de la flota hasta el 31 de diciembre de 2004.
Una vez concluya el periodo acordado por los ministros de Pesca de la Unión Europea, las subvenciones comunitarias necesarias para la construcción de nuevos buques estarán totalmente prohibidas en los Estados miembros de la UE.
Hablar de futuribles en la Unión Europea no es muy conveniente, porque los acuerdos siempre se pueden revisar. Ahora bien, con lo que hay hoy sobre la mesa, el sector pesquero europeo dispone de un plazo relativamente corto para replantearse y diseñar su futuro.
Los armadores deben decidir si a partir del año 2005 estarán en disposición de competir en un sector en el que las ayudas públicas se limitarán a la modernización de sus barcos o para exportarlos fuera de las aguas comunitarias a través de la constitución de sociedades de capital mixto.
O aferrarse a la otra alternativa posible: la del desguace de los barcos. Es decir, tienen que analizar si les es más rentable reorientar el negocio de la pesca hacia otras áreas de actividad económica más beneficiosas a medio plazo, como el turismo, que pueden abrir nuevas posibilidades al sector.
La nueva reglamentación incentiva ahora, con más fondos a disposición de los armadores, la destrucción de los viejos buques para, de este modo, reducir en la medida de lo posible el volumen de la flota en términos de tonelaje y de esfuerzo pesquero.
El objetivo inicial de la reforma de la Política Común de Pesca propuesta por la Comisión Europea pretendía conseguir este objetivo desde ya. Pero las ambiciones del comisario europeo de Pesca, Franz Fischler, quedaron reducidas a lo mínimo, aunque supone un cambio de tendencia que no se puede obviar.
Desde Bruselas se asegura que la nueva política pesquera que entrará en vigor con la entrada del nuevo año permitirá a los pescadores disponer "de ingresos más estables" y a la vez "salvaguardar empleos". La ausencia de una reforma, añaden, habría supuesto la pérdida de unos 8.000 empleos anuales.
Además, se ha resuelto la cuestión del esfuerzo pesquero. La pesca se deberá practicar desde ahora de tal manera que el tiempo que pasan los pescadores en el mar corresponda a las cantidades que verdaderamente puedan pescar. Un principio que ya se aplica en Noruega.
Salvaguardar los recursos
El objetivo primordial es salvaguardar los recursos marinos existentes gracias a que los caladeros dispondrán de más tiempo para reconstituirse, a la vez que se permitirá a los pescadores planificar su actividad y mejorar el control de la pesca.
Precisamente, en el ámbito de los controles, con la nueva legislación sobre la Política Común de Pesca se introducen reglas para mejorar y coordinar las inspecciones en el mar entre los Estados miembros y se abre asimismo la vía para que se apliquen sanciones severas "contra los que infrinjan las reglas" aprobadas. Se pretende así, no sólo controlar mejor la actividad de la flota pesquera comunitaria, sino evitar al mismo tiempo la pesca ilegal de especies en peligro.
Otra de las grandes novedades de la reforma aprobada el pasado viernes por los ministros de Pesca de la Unión Europea es que se incrementa la participación del sector pesquero en el proceso de toma de decisiones, bien se trate de los pescadores como de cualquier otro sector interesado.
Por otra parte, la Comisión Europea presentó este martes una comunicación en la que propone que los futuros acuerdos de pesca internacionales que la Unión Europea firme con países terceros vayan más allá de la negociación del acceso puro y duro de la flota a sus aguas jurisdiccionales y que estén orientados a fomentar más una "pesca responsable" de las especies para garantizar su futuro.
"El objetivo es el de contribuir al desarrollo sostenible de la pesca dentro y fuera de la Unión Europea", declaró el comisario de Pesca Franz Fischler. "La mejor forma de preservar la actividad pesquera es ayudar a nuestros socios y especialmente a los países en desarrollo", concluyó.
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