La Generalitat quiere que el Born refleje la memoria de la derrota catalana
El consejero opina que el nuevo equipamiento será más barato que el que se descartó
La Generalitat quiere que los restos del Born constituyan un memorial de la derrota sufrida por las tropas catalanas frente a las borbónicas en 1714, además de explicar muchos otros aspectos urbanísticos, fabriles y económicos.
Ayer se celebró la primera reunión de la comisión técnica que elabora un esbozo incial de proyecto para el Born. En representación de la Generalitat acudió el historiador y director del Museo de Historia de Cataluña, Jaume Sobrequés, que aportó un documento titulado Memorial de les llibertats del poble català.
"De momento hemos intercambiado papeles", destacó Sobrequés. "Nuestra propuesta inicial para una interpretación del yacimiento se mueve sobre cuatro ejes: la mirada hacia atrás, sobre la ciudad medieval; hacia delante, por lo que el Born supuso de transformación de la ciudad; la influencia que ejerció sobre toda Cataluña, y el valor específico que tuvo como emporio comercial".
Preguntado sobre el valor simbólico e identitario de las ruinas, Sobrequés señaló que era "un elemento más" de los que contiene el Memorial de llibertats aportado. En declaraciones a este diario la semana pasada, el director general de Patrimonio de la Generalitat, Marc Mayer, también hizo hincapié en que uno de los valores del Born es permitir documentar un "momento identitario".El consejero de Cultura de la Generalitat, Jordi Vilajoana, señaló ayer a este diario que el asunto del Born y la biblioteca central está, en su opinión, "definitivamente encarrilado". Su deseo es que el Ministerio de Educación y Cultura mantenga los cerca de 36 millones de euros (unos 6.000 millones de pesetas) presupuestados para construir en el Born y sirvan para el mismo fin en el solar que el Ayuntamiento cederá próximamente al Gobierno central, una vez que éste haya recibido de sus técnicos los informes de idoneidad.
Al final de la Ciutadella
Vilajoana se mostró confiado en dicha idoneidad, a pesar de algunos indicios de que el ministerio encontraba algunas pegas al nuevo emplazamiento. "Han señalado, en efecto, algunos problemas de centralidad del nuevo solar con respecto al viejo. Pero confío en que esto se superará rápidamente. Aunque ahora es difícil imaginarlo [en medio está el zoo], la biblioteca estará situada al final del parque de la Ciutadella en una posición central, con la Universidad Pompeu Fabra a dos pasos". El consejero espera que en breve se produzca el retorno del Born a la titularidad municipal y a cambio el ministerio acabe aceptando el nuevo emplazamiento. "Espero que la partida presupuestaria para construir se mantenga. Aún no sabemos cuánto costará el nuevo edificio, pero previsiblemente saldrá más barato que el del Born". Vilajoana detalló que el principal problema del antiguo proyecto era el depósito de libros que se pensaba excavar fuera del perímetro del viejo mercado. "Era lo que más me preocupaba de esa opción, porque hubieran salido nuevos restos". En la reunión de la comisión técnica del Born de ayer estuvieron presentes el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell; el director del Instituto de Cultura de Barcelona (Icub), Jordi Martí; el director del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, Josep Ramoneda; el director del Museo de Historia de la Ciudad, Antonio Nicolau; el ya citado del de Historia de Cataluña, Jaume Sobrequés, y el museólogo Jordi Pardo, que ha recibido el encargo del Icub de coordinar el proyecto. También asistieron dos representantes de los vecinos del barrio de la Ribera. Próximamente, por parte de la Generalitat, se incorporará el historiador Agustí Colomines. La reunión, según varios de los asistentes, consistió en una primera toma de contacto y un intercambio de materiales para elaborar, en palabras de Sobrequés, "un proyecto génerico conceptual que iremos definiendo". "Hay un acuerdo de que hemos de partir de la realidad de los restos para hacer todo lo demás", señaló el historiador. Entre las dependencias que el nuevo centro museístico tendrá, Sobrequés señaló "un auditorio, una cafetería y un centro de estudios".
Acertar el discurso
La semana pasada, en una entrevista con este diario, el director general de Patrimonio de la Generalitat, Marc Mayer, señaló que lo que más le preocupaba del nuevo Born era "acertar el discurso que hay que hacer". "Lo que hay que explicar está claro: la ciudad de los oficios artesanales hasta el siglo XIX, cuando la industrialización y la división del trabajo cambian por completo la ciudad. O sea, de la ruinas a la cubierta de Fontserè. Pero el discurso que montaremos sobre esto, ¿será universal, conseguirá interesar al turista japonés de paso por Barcelona?", se preguntó.
"Las ruinas del Born no son Pompeya, pero muestran un urbanismo espectacular", prosiguió. "La ciudad antigua se define por dos conceptos básicos: los espacios públicos, de uso colectivo, y la evacuación de aguas residuales. Es éste un tema importante, recuérdese que las ciudades antiguas surgían en colinas no sólo por razones de defensa, sino para desaguar y evitar problemas de salubridad. En el Born la parte del Rec Comtal es muy interesante y está bien documentada: la cerámica hallada en el lecho nos permite saber, por ejemplo, que desde que quedó sepultado, hacia 1718, no se había limpiado en 100 años".
"El Born ofrece muchas lecturas y hay que optar", sintetizó Mayer. "Está la lectura urbanística, pero también la social: ese espacio congrega una gran variedad de oficios, desde los artesanos junto a la acequia y los comerciantes de la zona central, en la que también surgen viviendas nobles, hasta las humildes casas de pescadores en la parte más próxima al mar. Hay también una lectura identitaria que a nadie se le escapa: todo eso desaparece por efecto de una guerra, que es una guerra europea pero con consecuencias muy específicas para Cataluña. Terminan las libertades, aunque se abre la puerta al comercio con América".
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