El premio al mejor marido va para...

El principal mérito de Juan del Moral Barriga, un yesista de 58 años de Jaén, es haber estado toda su vida trabajando para sacar adelante a su familia. Pero desde ayer también puede presumir del título honorífico de ser el primer Marido del Mes de la barriada jiennense del Polígono del Valle. Se trata de una singular iniciativa de la asociación de mujeres Luz del Valle para promover la igualdad y contribuir a la lucha contra los malos tratos.

La organización quiso darle al premio una solemnidad que estuviese a la altura de la expectación que había suscitado la noticia desde su convocatoria hace dos meses. Para ello, un jurado de 17 mujeres, de las 200 que forman parte de la asociación, había preseleccionado a seis hombres, tres de los cuales quedaron nominados como aspirantes al título de Marido del Mes.

Los tres, acompañados de sus esposas, se dieron cita ayer en un centro social del barrio donde, en presencia de numerosos medios de comunicación, las mujeres iban a elegir al marido perfecto de la barriada.

Y así, con todo el suspense más propio de una ceremonia de los Oscars, llegó el momento de la verdad: "El premiado es... Juan del Moral", proclamó, en medio de un profundo silencio al que sólo le faltaron los redobles de tambor, el alcalde de Jaén, Miguel Sánchez de Alcázar, que no dudó en abanderar la iniciativa de la asociación Luz del Valle y de darle desde su oficina de prensa la máxima difusión. Con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, a las que Sánchez de Alcázar volverá a concurrir como candidato del PP, el alcalde prometió volver en los próximos meses para seguir entregando premios de este tipo.

Un galardón consistente en una pluma bañada en plata y un diploma en el que se resalta el "buen hacer en su matrimonio" del ganador. Orgulloso y emocionado posó Juan del Moral con su diploma junto con su inseparable esposa, Manoli Cano, a la que conoció hace 40 años y con la que ha tenido seis hijos. Los dos se sintieron abrumados con tanta cámara como tenían a su alrededor.

"Yo lo único que he hecho ha sido trabajar toda mi vida y llevarme bien con mi mujer y mis hijos", dijo inicialmente minimizando cualquier atributo de heroicidad. Y más tarde, acosados por la presencia de tanto paparazzi, como llamaban a los periodistas, siguió demostrando que tiene la cabeza en su sitio: "Lo importante en el matrimonio es que haya comprensión mutua y dialogar para no llegar a la barbarie de los malos tratos". Del Moral, que quiso compartir el premio con el resto de aspirantes, se fundió en un beso con su esposa, a la que dedicó el galardón. "Ella ha sabido llevarme y guiarme". Cano también optó por la normalidad ante tanto elogio: "Juan es un buen padre, que ayuda en las tareas del hogar cuando puede y que sabe que lo importante es el respeto mutuo". Y remató sus declaraciones ante la prensa con un guiño al machismo y a la desigualdad entre los dos sexos: "Las mujeres no somos burros de carga".

Menos protagonistas, pero en absoluto decepcionados, se sintieron los otros dos finalistas: Juan Carlos López, un cocinero de 44 años, y Miguel Ortiz, un parado que está a punto de jubilarse. El primero de ellos tuvo que escuchar incluso que su esposa resaltase entre sus principales valores el ser un buen amante. "Con actos como éste crece la concienciación para evitar los malos tratos y, al mismo tiempo, se demuestra que la inmensa mayoría de los hombres repudia la violencia".