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GUERRA EN IRAK | Cerco a Bagdad

EE UU, a 30 kilómetros de Bagdad

El mando norteamericano asegura que ha aniquilado dos divisiones de la Guardia Republicana

Enric González

La gran batalla por el acceso a Bagdad comenzó ayer de madrugada. La 3ª División de Infantería de Estados Unidos reanudó su avance de forma arrolladora, según el Pentágono, y acabó con dos divisiones de la Guardia Republicana iraquí, la Bagdad y la Medina. La vanguardia de la fuerza invasora se encontraba anoche a unos 30 kilómetros de la capital y parecía mantener la iniciativa frente a unas unidades muy debilitadas por cuatro días de bombardeos intensos. La guerra había llegado a la llamada "zona roja" del entorno de Bagdad. Más allá se abrían dos opciones: la rendición de Sadam Husein o un cruento combate casa por casa en las calles de una gran urbe con más de cinco millones de habitantes.

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La pausa iniciada la pasada semana por la 3ª División de Infantería, casi una semana de descanso y reagrupamiento que, por alguna razón, el Pentágono seguía empeñándose en negar, dio muy buenos resultados al ejército invasor. Ese tiempo fue empleado por la aviación y los helicópteros de ataque para bombardear repetidamente las divisiones iraquíes que se interponían en el camino hacia Bagdad, en una línea casi recta establecida entre las ciudades de Kerbala, al oeste, y Kut, al este.

La guerra aérea diezmó las unidades de la Guardia Republicana, hasta el punto de que la División Bagdad, la más provista de piezas de artillería, estacionada junto a Kut, fue "destruida en pocas horas" y con enfrentamientos "ocasionalmente muy violentos, pero no generalizados", por la 1ª División de Marines, según mandos militares estadounidenses que participaron en la operación.

El general Stanley McChrystal, portavoz del Pentágono, señaló en Washington que utilizaba el término "destrucción" para definir el estado de la División Bagdad "en términos estrictamente militares". "Queremos decir que ya no puede combatir como división, que es incapaz de defenderse efectivamente y no constituye, en el campo de batalla, una amenaza creíble", explicó el general. La División Medina de la Guardia Republicana, considerada la mejor fuerza iraquí, con una dotación de 12.000 efectivos bien entrenados, había sufrido grandes pérdidas materiales y humanas por los ataques aéreos y había requerido refuerzos de tropas regulares, "una señal de debilidad", según el general McChrystal. Varias columnas de la 3ª División norteamericana habían desbordado las posiciones de la Medina y, dejando atrás "bolsas de resistencia", prosiguieron su avance hacia Bagdad.

El portavoz del Pentágono aseguró que la infantería y los marines estadounidenses mantenían la iniciativa en los combates y disponían de "una libertad casi completa" para maniobrar. "Eso no significa", matizó, "que ya podamos circular tranquilamente hasta Bagdad, porque quizá aún tengamos por delante los combates más duros; aún hay tres divisiones de la Guardia Republicana en la región y el riesgo de que Sadam Husein utilice armas de destrucción masiva es más alto que nunca. Pero está claro que nuestra posición nos convierte en una amenaza directa para el régimen".

La decisiva batalla terrestre comenzó el miércoles de madrugada, hora local, cuando cazabombarderos del Tercer Ala de los marines lanzaron un masivo ataque aéreo contra los tanques y los sistemas de comunicaciones de que aún disponía la División Medina. El ataque alcanzó también zonas residenciales en la localidad de Hilla, cerca de Kerbala, y mató a un número indeterminado de civiles, entre ellos varios niños, según un reportero de la agencia Reuters.

Casi simultáneamente, los marines avanzaron hacia las posiciones de la División Bagdad en Kut. La Bagdad había perdido ya, durante los bombardeos de jornadas anteriores, la mitad de sus efectivos. Según estimaciones del Pentágono, unos 6.000 guardias republicanos de la Bagdad murieron o resultaron heridos, y fueron parcialmente reemplazados por tropas regulares o paramilitares de inferior nivel.

Los mandos de la división intentaron frenar la aproximación de los marines disparando, por primera vez en la guerra, misiles Scud contra las fuerzas enemigas, según el mando estadounidense.

Hasta el momento, los Scud sólo habían sido disparados contra la retaguardia de la coalición en Kuwait. Los proyectiles fueron, sin embargo, escasamente efectivos, y a la caída de la tarde Kut estaba en manos estadounidenses, según el general McChrystal.

Poco después, la 3ª División y su complemento blindado del 7º de Caballería dieron por vencida la resistencia en Kerbala.

La doble batalla de Kerbala y Kut causó, según varios reporteros en la zona, un gran número de muertos en las filas iraquíes y dejó en manos de la fuerza estadounidense "centenares de prisioneros".

Victoria Clarke, portavoz del Departamento de Defensa, se negó a ofrecer datos sobre el número de bajas estadounidenses porque las familias de muertos y heridos aún no habían sido informadas.

<b><i>Marines</b></i> de la Compañía Lima, una parte del 7º de Caballería, aseguraban ayer la defensa de un puente sobre el Tigris.
Marines de la Compañía Lima, una parte del 7º de Caballería, aseguraban ayer la defensa de un puente sobre el Tigris.REUTERS

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