Mas supedita un pacto con el Gobierno al nuevo Estatut

Convergència i Unió (CiU) quiso demostrar ayer que a pesar de estar en horas bajas -las encuestas pronostican un revés en las autonómicas de otoño- y la jubilación de su líder, Jordi Pujol, como candidato a la presidencia de la Generalitat, aún es capaz de llenar estadios y congregar a casi 20.000 personas en un acto de "reafirmación nacionalista". La federación presentó ayer en el Palau Sant Jordi de Barcelona, repleto hasta la bandera, su propuesta de nuevo Estatut que CiU se ha propuesto negociar con el Gobierno central una vez finalice este ciclo electoral. El candidato nacionalista, Artur Mas, reafirmó su advertencia de que CiU sólo pactará con el futuro Ejecutivo español si el partido que alcance La Moncloa acepta la totalidad de sus demandas de autogobierno.Los tres máximos dirigentes de CiU se repartieron hábilmente los papeles en un acto de campaña de corte estadounidense. Jordi Pujol hizo de profeta nacionalista. El democristiano Josep Antoni Duran Lleida, de fustigador de populares, socialistas y republicanos. Y Artur Mas fue una amalgama de ambos. Y los tres se esforzaron en responder al por qué, tras 23 años al frente de la Generalitat, ahora CiU reclama un nuevo Estatut. Jordi Pujol confesó haber tenido "una visión" de lo que desea para Cataluña. "Queremos alcanzar el país de nuestros sueños", afirmó el presidente en su habitual estilo mesiánico, "un sueño de libertad para Cataluña". Y este nuevo Estatut, aseguró, es la justa herramienta para alcanzar este sueño "con plenitud".

Duran y Mas señalaron que CiU no busca un enfrentamiento con el Gobierno central. "Este estatuto no es una bandera para incordiar", afirmó el primero. "No es un proyecto de confrontación", abundó el segundo. No obstante, las descalificaciones al PP y al Ejecutivo central, por sus intentos de "laminar, recortar y disminuir el autogobierno catalán" fueron una constante en los discursos. "Si fuera por el PP no tendríamos ni el actual estatuto", apuntó un airado Duran.

Un mitinero Artur Mas volvió a vincular el apoyo de CiU al próximo Gobierno central a la aceptación de este nuevo Estatut. "CiU -siguiendo la línea de la mejor tradición catalanista- no va a desatenderse del Estado, sino a implicarse", aseguró el candidato nacionalista. Pero advirtió a continuación de que estos pactos "no serán a cualquier precio". "Queremos que Cataluña no sea tratada ni como una provincia, ni una región, ni siquiera como una comunidad autónoma, sino como una nación", sentenció.

Al igual que destacaron en sus anteriores discursos Pujol y Duran, que ayer actuaron de teloneros, el conseller en cap admitió las dificultades que se le presentan a CiU en los próximos meses por el "riesgo" de que el Gobierno catalán caiga en manos de socialistas. Los dirigentes de CiU arreciaron sus críticas a Pasqual Maragall, a quien como es habitual definieron como un candidato supeditado a las voluntades del PSOE, a la vez que hicieron un llamamiento a los votantes de CiU para que se impliquen con "pasión y convicción" en la búsqueda del voto.

Sólo con una holgada victoria nacionalista en las autonómicas, señaló Mas, "Cataluña podrá dar un salto adelante, estar entre los mejores países del mundo, defender su identidad y tener un Gobierno sin hipotecas ni ataduras y que no sirva como palanca ni trampolín para nada", en alusión al PSC.