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Entrevista:ÁNGELES GIL | Directora general de Cartuja 93

"El parque tecnológico es un lugar hostil para vivir, no está pensado para eso"

Reyes Rincón

La nueva directora general de la Sociedad Cartuja 93 cree que ha llegado el momento de potenciar las sinergias internas en el parque tecnológico. Ángeles Gil (Riotinto, Huelva, 1957) rechaza tajantemente la posibilidad, recogida en el Avance del PGOU sevillano, de reservar usos residenciales dentro de la isla de la Cartuja.

Pregunta. ¿Cómo ha encontrado Cartuja 93?

Respuesta. Está en una etapa muy desarrollada en espacios y en ubicación de centros de investigación, de universidad, de empresas de alta tecnología. También me he encontrado con un personal muy cualificado. Mis antecesores han desarrollado muy bien la etapa destinada a la ocupación, pero ahora ya ha llegado el momento de iniciar una etapa nueva: potenciar las sinergias, los contactos entre las empresas instaladas, los centros de investigación, la universidad. Sin olvidar que en el parque aún se están desarrollando obras y que el 9% del suelo no está asignado. Este parque no debe ser una operación inmobiliaria, no está pensado para eso. Este parque estaba pensado para tener un valor añadido que se derrame dentro y fuera.

"Ha llegado el momento de potenciar los contactos y las sinergias internas"
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P. Uno de los aspectos que más se le critican a Cartuja 93 es la falta de sinergias internas. ¿Cómo prevé mejorarlas?

R. Hay que potenciar las comunicaciones personales. Hay que tener más reuniones y así me lo han pedido los empresarios a los que he visitado, igual que los centros tecnológicos y las entidades financieras que colaboran a desarrollar proyectos. Son comunicaciones básicas para lograr muchos de los objetivos del parque: incrementar la facturación entre los empresarios, compartir el conocimiento, desarrollar proyectos en común, aglutinar empresas para mejorar su capacidad competitiva en el mercado y crear una incubadora de empresas de base tecnológica.

P. ¿Cómo funcionará esa incubadora?

R. En ella deben estar todas las estructuras que están representadas en el parque, desde la Universidad, a los centros de tecnología, los centros especializados y las empresas. Y todo orientado a la creación de empresas y de empleo, por lo que debe haber personas que lideren proyectos, personas que quieran montar una empresa, y que se van a encontrar con unas circunstancias muy favorables para desarrollar sus proyectos. No se puede ver Cartuja 93 como un espacio que evita costes inmobiliarios, hay que ir mucho más allá. Se están estudiando los primeros bocetos y buscando financiación para el proyecto. A mi me gustaría que la incubadora empezara, como muy tarde, a principios de 2004. Otra de las iniciativas más importantes es la puesta en marcha de ayudas a la comercialización de los productos. Se trata de que haya un conocimiento científico que tenga un posterior desarrollo tecnológico y que esté guiado por un plan de negocio de donde surjan productos y servicios que se comercialicen lo antes posible. Porque son productos que se quedan obsoletos pronto y hay que ayudarles a salir al mercado. Estamos en condiciones de exportar productos y tecnología. Por último, Cartuja y el PTA [el parque tecnológico de Málaga] deben ser el motor de desarrollo del tejido empresarial andaluz. Ahora mismo abundan las pequeñas empresas, que puede que no sean las unidades óptimas para comprar tecnología y gestionar el conocimiento. Puede hacer falta agrupar empresas sectorialmente y eso puede estar liderado por el PTA y Cartuja 93. Ese es su objetivo último.

P. ¿Cuándo estará lleno el parque?

R. Estamos en conversaciones con más empresas, es cuestión de muy poco tiempo, pero no se pueden concretar fechas. Habrá que ser muy selectivo. La sociedad andaluza irá demandando, hay un programa andaluz de desarrollo regional que también irá diciendo cuáles son las actividades más adecuadas, hay actividades que están demandando más tecnología, como el sector agroalimentario o el aeronáutico. No podemos decir ahora para que están reservados esos metros que aún no están ocupados.

P. ¿Hay mercado en Sevilla para un segundo parque tecnológico?

R. Sí. Hay una demanda importante. El polígono Pisa tiene vendida ya casi toda su tercera fase y aquí también hay demanda de suelo.

P. ¿Cartuja 93 podrá intervenir de alguna forma en el diseño o ubicación de ese parque?

R. Cuando un Ayuntamiento o un propietario privado tienen un suelo calificado como industrial tiene el derecho e incluso la obligación de edificar. Nosotros ahí no vamos a entrar. Pero vamos a intentar que el diseño de esas bolsas de suelo sea el que ha descrito la Consejería de Empleo, que distingue entre parques científicos, empresariales, tecnológicos. También hay que tender a que se ubiquen en espacios agradables de trabajo, amplias avenidas.... Pero nosotros lo único que podemos hacer es asesorar.

P. ¿Ya sólo se habla de crear nuevos parques, no de ampliar Cartuja?

R. Yo creo que Cartuja es irrepetible. Y no es necesario que haya un suelo como éste, no existe. Tenemos suelos de distintas propiedades, municipales, universitarios, privados, y ellos son los promotores. Otra cosa es que nos complementemos y tengamos que estar en continua comunicación. Todos tenemos cabida y todos somos necesarios.

P. Ha rechazado la posibilidad que señala el PGOU de reservar usos habitacionales en Cartuja, ¿por qué?

R. Este es un parque urbano que no tiene necesidad de tener viviendas porque estamos cerquísima de la ciudad. Sólo hay que cruzar dos puentes. No veo la necesidad de vivir en el parque. Además, rompería el modelo de Cartuja, que es el de un centro universitario, tecnológico, de empresas. No está pensado para que vivan los que trabajen aquí. Yo diría incluso que el parque tecnológico es un lugar hostil para vivir. Y sobre todo, lo más rechazable es la ubicación que el Ayuntamiento ha dado a ese uso habitacional: lo ha puesto donde ahora están los aparcamientos, gran problema de este parque en un futuro. Dentro de dos años trabajaremos aquí muchas más personas, y si ya es difícil aparcar y justo los de la banda oeste que son los que ahora desahogan se van a quitar para poner usos habitacionales se va a agravar el problema. Y, además, el PGOU tampoco resuelve la accesibilidad a la Cartuja, pero habla de incrementar la densidad en un 50% . Estas son las líneas por donde van las alegaciones de Cartuja 93 al PGOU.

P. ¿Cuáles son los principales problemas de la isla?

R. Le faltan espacios para pequeñas empresas, para la investigación, que es de donde sale el conocimiento. Puede crecer por la zona donde estaban los pabellones regionales, que no está dentro del parque tecnológico, esa posibilidad de crecimiento sí que sería apropiada. Ya hay tres proyectos privados en marcha en esa banda de servicios, que no depende de Cartuja 93.

P. Critica que algunos vean Cartuja 93 como un mercado inmobiliario, ¿actuaron así algunas de las primeras empresas que se instalaron?

R. No lo creo, pero sí pienso que aquí se ha invertido mucho dinero público y que ese dinero no puede generar después operaciones inmobiliarias. No está pensado para eso, sino para crear un valor añadido: empresas protegidas, con suelos baratos, subvenciones para edificar, y ese dinero aún no ha generado el valor añadido que debe tener, derramar fuera esas sinergias y todo ese conocimiento. No es que se haya fallado nada, sino que eran etapas previstas. Hace tres años aquí se hablaba de los famosos jaramagos y la principal preocupación de la persona que estaba en mi puesto era lógicamente llenar esto y hacerlo con criterios selectivos.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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