"El cine debería dar voz a las inmigrantes"
Rosabel Argote (Vitoria, 1968) es periodista por la Universidad del País Vasco y doctora en literatura y cine hispánicos por la Universidad de California. Además, está titulada como experta en migraciones, extranjería y asilo por la Universidad Carlos III. Este amplio currículo la avala para hablar de La mujer inmigrante en el cine español, como hizo la pasada semana en la sede de Bilbao de la Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi (CEAR).
Pregunta. ¿Aparece a menudo la mujer inmigrante en el cine español?
Respuesta. He analizado las películas estrenadas entre enero de 2000 y diciembre de 2002 en las salas de cine de Madrid. Son 287 películas y en una de cada cuatro sale un personaje extranjero. De ellos, la mujer inmigrante es la peor parada.
P. ¿Cuál es el papel de la mujer inmigrante en el cine español?
R. Aparece muy poco, con respecto a los hombres. Cuando sale, lo hace callada, no tiene voz. Es acompañante del hombre, como en Pídele cuentas al rey, de José Antonio Quirós, por ejemplo. Cuando tiene un papel más activo, suele ser prostituta, que tiene que ser salvada por el hombre. De todas formas hay varios tipo de cine. Uno, más convencional, que responde a la ideología más conservadora; y hay otro cine alternativo, que se carga los estereotipos.
P. No está hablando de títulos de serie B.
R. No, son películas que todos conocemos, que han estado en la cartelera. Lo que pasa es que se necesita una mirada crítica.
P. Las inmigrantes que aparecen en los filmes, ¿suelen ser más de un país o una zona que de otra?
R. Según de qué país procedan, salen con unos papeles diferentes.
P. ¿En que medida corresponde eso a una realidad?
R. Para la gente que estudiamos el cine y para quienes lo hacen, el cine es desde luego arte y su objetivo no es plasmar la realidad. Pero lo que está claro es que el cine tiene un papel fundamental en la imagen que tranmite de la inmigración.
P. ¿El cine tendría que ejercer el papel de alertador de conciencias?
R. El cine no es un alertador de conciencias, pero sí tiene una responsabilidad. El cine no puede olvidar que se sirve de unos personajes que tienen un referente en la realidad. El cine debería dar voz a las inmigrantes, que no aparezcan calladas.
P. ¿Hay algún título que desaconsejaría totalmente?
R. Almejas y mejillones, de Marcos Carnevale, con Jorge Sanz. La mujer inmigrante queda realmente muy mal.
P. ¿Y alguno con un trato correcto de la figura de la inmigrante?
R. Hay muchas películas, por supuesto, en las que no se problematiza a la mujer inmigrante, como Hable con ella, de Almodóvar, o La novia de Lázaro, de Fernando Merinero.
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