"El término 'política cultural' es un contrasentido"
Josep Pedrals (Barcelona, 1979) mea versos. Quienes le hayan escuchado en uno de sus numerosos recitales o hayan podido leer los poemas de su primer libro, Escola italiana, publicado este mismo año, sabrán que la metáfora no es exagerada. "Tengo el verso muy rápido", dice, "y una buena memoria: recuerdo los poemas que hago y los voy corrigiendo mentalmente". Pedrals es el último ejemplo de la vitalidad que la poesía oral ha recuperado en Cataluña en los últimos tiempos. Cuando le pregunto cómo se gana la vida, responde: "Hago poemas. Vivo de la poesía y de mis padres". Me ilustra: cada miércoles lleva la programación del bar Horiginal, por ejemplo, y ahora mismo está trabajando en un proyecto del Caixafòrum, "escribiendo poesía para niños". En cuanto a lo de vivir con sus padres, ¿no piensa en marcharse de casa? "Ya se independizarán ellos si quieren. Hoy en día es difícil encontrar a alguien con quien te lleves tan bien como para compartir piso".
Pese a vivir la poesía como algo cotidiano, Josep Pedrals afirma que no siente "el compromiso social del escritor". "Me interesa el arte por el arte", dice, aunque tiene opiniones sobre el legado cultural del pujolismo: "La cultura es una de las cosas en las que Pujol ha sido más conservador. Además, nunca he terminado de entender qué es eso de la política cultural. Es un contrasentido". ¿Existe una poética de la política? "No, la política no es poética, aunque algunos políticos, sí. Además, la democracia se está convirtiendo en algo folclórico. Mira, mi último poema trata de dictadores, que no son exactamente políticos, pero bueno". El día 16, Josep Pedrals irá a votar, y a conciencia. En su opinión, dos de las asignaturas pendientes son la educación y los transportes: "Cuando hago un recital en Ripoll, tengo que quedarme a dormir allí; los trenes no llegan a ninguna parte, los autobuses están monopolizados... y para ir de Cornellà a Badalona tardas dos horas".
Su primer recuerdo de Jordi Pujol es de cuando era un niño. "Un día le vi en Montserrat. Mi padre me subió a hombros y le descubrí entre el gentío. Poco después, vino a saludarnos: 'Hola, Pedrals!', dijo. Mi padre había sido consiliario general del escultismo y siempre recuerda que todos estos políticos nuestros fueron escoltes y él los conoció". Pedrals hijo quedó impresionado por toda la gente que saludaba el presidente: "Pujol es como esa canción de Núria Feliu, que dice: 'ja us he reconegut...". Antes de despedirnos le pido que me recite un fragmento del poema sobre los dictadores, y se arranca: "Bokassa Ceaucescu Suharto / Somoza Galtieri Milosevic Castro / Aliev Al-assad Jaruzelski / Trujillo Savimbi Khomeini".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.