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BARCELONA PIERDE A SU SIMIO BLANCO

Sabater Pi recibe la noticia "con pena y tristeza"

El primatólogo que hace 37 años descubrió a Copito de Nieve en Guinea y lo trasladó a Barcelona recibió la noticia de su muerte "con pena y tristeza". "Porque fui yo quien lo traje", dijo Jordi Sabater Pi. El etólogo explicó que se había enterado de la muerte del primate "de forma casual" y respaldó la decisión tomada por los responsables del zoo de Barcelona de aplicar la eutanasia al enfermo animal.

El naturalista valoró también que el Ayuntamiento haya recogido su idea de crear premios y becas para el estudio y la protección de los gorilas. Sin embargo, aun conociendo la decisión de los responsables del zoo de destinar el cuerpo de Copito a la ciencia e incinerar el material carente de valor científico, Sabater Pi declinó opinar al respecto, aunque insistió en que, a su juicio, se debería haber disecado el cuerpo.

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Algunas asociaciones de protección de los animales españolas y catalanas -como la organización ecologista Adena, la Fundación Altarriba y la Asociación para la Defensa de los Animales- coincidieron, en cambio, en abogar por la incineración del animal. La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA), en concreto, pidió que el gorila sea incinerado y que se levante una estatua en su homenaje, en cuyo pedestal se depositen las cenizas del animal.

También se pronunciaron los grupos de oposición en el Ayuntamiento de Barcelona. El portavoz del PP, Alberto Fernández Díaz, criticó una vez más al consistorio por su "falta de sensibilidad" al exhibir al gorila y convertir sus últimos días "en un show". El concejal popular abogó por hacer a Copito "un homenaje con sentimiento y proporcionalidad". Por su parte, el portavoz del grupo municipal de CiU, Xavier Trias, calificó la muerte del primate de "triste pérdida" y respaldó la decisión del zoo de dedicar sus restos sólo al estudio científico.

Visitantes resignados

El zoo registró ayer una jornada tranquila, en lo que a público se refiere. Tratándose de un lunes, la mayoría de los visitantes fueron grupos de escolares que, por si no lo sabían, eran advertidos en las taquillas de la muerte de Copito. Casi todos conocían la noticia y afrontaban su visita resignados, aunque insistían en visitar la morada del gorila, lo que consiguieron los alumnos de tercero de primaria del colegio Bertí de L'Ametlla del Vallès. En otros casos, como el del grupo de niños de P4 de la escuela Santa Eulàlia de Sant Pere de Ribes, sus educadoras optaron por no visitar el recinto de Copito. "Hemos venido a pasarlo bien", razonaba una profesora.

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