El año de los itinerarios y la religión

En 2004 finaliza una intensa y polémica legislatura en el terreno educativo con un saldo de tres leyes y más de 25 desarrollos reglamentarios aprobados. El Ministerio de Educación tiene aún pendiente concluir otra media docena de reales decretos. Algunos de ellos, los más controvertidos, presumiblemente no saldrán adelante antes de marzo (mes electoral), como la reforma de las carreras universitarias para adaptarse al espacio europeo común y la normativa sobre la suspensión de las titulaciones que no cumplan los requisitos que marquen el Gobierno y la agencia nacional creada por éste.

Una vez concluidos cuatro años de atropelladas reformas, el PP deberá enfrentarse este año a dos cuestiones: el inicio de la aplicación de las medidas más polémicas y el problema de la financiación de la Ley de Calidad de la Educación (LOCE), que entró en vigor hace un año.

La ministra de Educación, Pilar del Castillo, remitió el tema del coste de la Ley de Calidad al informe que emitirá el Consejo de Política Fiscal y Financiera. A día de hoy, este organismo aún no ha tratado esta cuestión a pesar de que este año las comunidades tendrán que empezar a aplicar medidas de gran calado económico. Las medidas más relevantes son:

- La distribución de los alumnos en dos itinerarios en 3º de ESO (a los 15 años).

- La implantación del Hecho Religioso como alternativa obligatoria a la Religión Católica de 1º de primaria a 1º de bachillerato.

- La reforma de las enseñanzas comunes (las que fija el Gobierno para toda España, que representan el 65% del temario y de horario en las comunidades con una lengua oficial y el 55%, en las que tienen dos) de 1º y 2º de primaria, de 1º y 3º de ESO y de 1º de bachillerato.

- La implantación de 1º de preescolar (de 0 a 3 años), que tendrá otros contenidos e incorpora el carácter asistencial, además del educativo, y que sustituye a la primera etapa de la educación infantil.

- El inicio de la gratuidad de la educación infantil (de 3 a 6 años) en los centros privados concertados, que se generalizará en 2005.

Estas reformas implicarán la la dotación de más plantilla a los centros y la reorganización de la existente. Los profesores tendrán que decidir quién impartirá el itinerario de Matemáticas B o Científico-humanístico (destinado a los alumnos que vayan peor y a los que se les enseñará esta materia desde una perspectiva "más operativa y práctica") o los que den el de Matemáticas A o Tecnológico desde una pespectiva más "conceptual y científica". Matemáticas A irá acompañada obligatoriamente de Tecnología y Educación Plástica, y Matemáticas B, de Física y Química y Música. Desaparece con esto la optatividad (la elección entre varias materias) en este curso.

El cambio de las enseñanzas comunes implica temas nuevos que deben enseñar los profesores, objetivos educativos distintos y libros nuevos.

También deberán contar los centros con profesores de Filosofía o Historia para que impartan la materia de Hecho Religioso. Las asociaciones de padres laicas se han manifestado en contra de que el Gobierno obligue a sus hijos a estudiar contenidos religiosos en los colegios, ya que a partir de septiembre tendrán que escoger entre Religión Católica y Hecho Religioso. Este tema será uno de los más polémicos del año y podría llevar a algunos padres a objetar por no llevar a sus hijos al colegio en la hora destinada a estas materias, según han manifestado diversas organizaciones.

Otras cuestiones que estarán en el punto de mira educativo del año son las pruebas de habilitación nacional de profesores funcionarios -introducidas con la Ley Orgánica de Universidades (LOU)-, que empezaron a realizarse el curso pasado y están obligando a más de 1.500 docentes de toda España a dejar sus clases durante un mes para examinar a los candidatos, y las becas Séneca de movilidad entre universidades españolas -de las que el Gobierno ha prometido 2.500 y ha presupuestado en 2004 dinero para pagar a las universidades sólo por 1.100-.

En los próximos meses de mayo y junio, la comunidad educativa estará pendiente, además, de los resultados de dos cambios introducidos este curso: la repetición con más asignaturas suspendidas y la recuperación de las pruebas extraordinarias de junio o septiembre.