Bremer cierra 16 pasos fronterizos entre Irak e Irán para atajar el terrorismo
Un muerto y tres heridos en un atentado con explosivos en una tienda de Bagdad
Un muerto y tres heridos. La explosión ocurrió ayer en un local de la comercial calle de Karrada, en el centro de Bagdad. Un hombre joven entró en una tienda de ropa con una bolsa de plástico en la mano, salió sin ella y se produjo la detonación, según testigos presenciales. Un incidente más de los que a diario despiertan dudas sobre el futuro de Irak. Convencido de que parte de los causantes de ese terror se filtran por las fronteras, el administrador civil estadounidense, Paul Bremer, anunció un reforzamiento de los controles de entrada en el país, empezando por el cierre de 16 pasos con Irán, Estado con el que comparte 1.500 kilómetros de frontera.
"En la actualidad hay terroristas en Irak. Desconocemos su número con exactitud, pero los recientes ataques y su continua presencia subrayan la importancia de mejorar la seguridad en las fronteras", manifestó Bremer en un comunicado difundido ayer. A raíz de los atentados de Kerbala y Bagdad, en los que murieron 182 personas la semana pasada, el procónsul norteamericano prometió 60 millones de dólares para reforzar las fronteras. La porosidad consentida por las tropas de la Coalición viene siendo una queja de los iraquíes desde el inicio de la ocupación.
Ahora, Bremer ha revelado las tres principales medidas adoptadas: duplicar el número de guardafronteras (en la actualidad, 8.000 agentes); introducir un sistema de identificación para controlar las entradas y salidas del país, y reducir el número de pasos fronterizos de 27 a 11. La reducción, sin embargo, afecta únicamente a la frontera con Irán: sólo 3 de los 19 puestos actuales permanecerán abiertos.
Durante toda la mañana de ayer los soldados estadounidenses se mostraron muy nerviosos. El descubrimiento de un paquete bomba en la avenida Saadún de la capital hizo saltar las alarmas. Cuando después una fuerte explosión sacudía los cristales de los edificios cercanos, todo el mundo pensó que habían hecho estallar el explosivo. Sin embargo, mientras los militares cerraban el tráfico, un individuo joven, según los testigos, plantaba la bomba que causó un muerto y tres heridos en un comercio de Karrada. El fallecido era el dueño del establecimiento. Algunas fuentes mencionan su parentesco con Ibrahim al Yaafari, miembro del Consejo de Gobierno, como posible motivo del ataque.
No fue el único del día. A primera hora de la mañana, un artefacto de fabricación casera arrebataba la vida a dos soldados y hería a otros cinco en Tikrit, 175 kilómetros al norte de Bagdad. El goteo de incidentes violentos empieza a sembrar dudas sobre el proceso político que EE UU dirige en Irak. Bremer ya ha advertido de que la situación va a empeorar de aquí al próximo 30 de junio, cuando está previsto el traspaso de soberanía.
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