Los socialistas dejan manos libres a Chaves para que haga los nombramientos que quiera

La próxima semana se despejarán muchas incógnitas en el PSOE y todas ellas van a descansar sobre los hombros del presidente de la Junta en funciones y secretario general socialista, Manuel Chaves. Tras vencer por quinta vez consecutiva y lograr una mayoría absoluta tan abultada que convierte al PP en una fuerza parlamentaria irrelevante en asuntos que requieren mayoría cualificada, el líder socialista deberá decidir quién asumirá la presidencia del Parlamento y la dirección del grupo parlamentario. Será la primera escena de una película que tiene tres actos y cuyo final sólo conoce Chaves.

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A diferencia de lo que está haciendo José Luis Rodríguez Zapatero, que ya ha desvelado los nombres de las personas que presidirán el Congreso y el grupo parlamentario y ha dado a conocer los nombres que llevarán algunas carteras, en Andalucía habrá que esperar hasta esta semana para levantar algunas interrogantes.

La ejecutiva regional va a adelantar al jueves próximo una reunión de la que saldrán sus propuestas de nombres para el Parlamento, que se constituye el 31 de marzo. También ese día, pero más tarde, están citados a un almuerzo los secretarios generales provinciales para evaluar los resultados electorales del 14-M.

Los socialistas andaluces se han dado unos días de descanso antes de meterse de lleno en la vorágine del quita y pon, aunque en esta ocasión hay tantos puestos qué decidir que no parece que se vaya a producir ningún conflicto interno. "La victoria es el mejor bálsamo del mundo", decían al unísono varios miembros del PSOE. El triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero en España supone también para el PSOE andaluz asumir las instituciones del Estado en la comunidad como la Delegación del Gobierno, las subdelegaciones provinciales o las confederaciones hidrográficas, unas responsabilidades que no entraban en los cálculos de nadie en este partido.

Además, y según dirigentes provinciales y regionales consultados, la autoridad y legitimidad de Chaves son tan incuestionables que entra en el terreno de lo descabellado pensar que el presidente de la Junta en funciones oiga algún runrún de protesta o, en palabras de un dirigente, que "alguien quiera complicarle la vida". Todas las personas que han hablado con este periódico sin excepción confían tanto en su criterio que han decidido que "haga lo que quiera", en palabras de algunos de ellos.

En esta ocasión Chaves tiene que encajar muchas piezas de un gran puzzle en el que hay cuatro personas claves: Mar Moreno, vicesecretaria general; Gaspar Zarrías, consejero de la Presidencia en las dos últimas legislaturas; José Caballos, portavoz desde 1994; y José Antonio Griñán, cuya presencia en las listas autonómicas por Córdoba fue reclamada por Chaves al secretario general cordobés, José Antonio Ruiz Almenara.

Ninguna de las personas consultadas sabe ni quién va a ocupar la presidencia del Parlamento, un cargo que deja vacante Javier Torres Vela, diputado electo al Congreso por Granada, ni quién llevará las riendas del grupo parlamentario, una tarea que ha desempeñado en los 10 últimos años Caballos. Estas escenas forman parte de la primera parte de una película que tiene otras dos encadenadas -la formación del Gobierno, es la segunda, y el 10º congreso del PSOE de Andalucía, la tercera- y sólo Chaves sabe qué final quiere que tenga.

Todas las personas consultadas ignoraban qué va pasar y distinguían entre lo que es lógico y lo que no lo es. Siguiendo este razonamiento, lo "lógico" es pensar que una mujer pueda ocupar la presidencia del Parlamento de Andalucía, después de seis legislaturas en las que han sido figuras masculinas las que han ostentado el segundo cargo institucional de la comunidad, pero también lo es que Chaves quiera que este cargo lo desempeñe algún consejero que no vaya a seguir en el Gobierno. "Que Petronila Guerrero vaya a ser presidenta del Parlamento es una deducción que no se corresponde con ningún debate", asegura un alto cargo socialista en alusión a las quinielas que sitúan a la diputada onubense y actual miembro de la Mesa al frente de la presidencia de la Cámara.

En cuanto a la dirección del grupo parlamentario tampoco es seguro que Caballos vaya a continuar al frente del grupo, donde ha estado durante una década (1994-2004) con parlamentos donde el PSOE no tenía la mayoría absoluta y era necesario el consenso previo para evitar que el Ejecutivo perdiera votaciones, una situación que no se va a dar en la séptima legislatura ya que el PSOE cuenta con 61 de los 109 escaños, frente a 37 del PP, seis de IU y cinco del PA. Los dirigentes consultados mantienen en este punto una cautela absoluta, hasta el extremo de que no facilitan ni opiniones personales. "Lo mejor es una situación de síntesis entre la experiencia y la renovación", apunta uno.

La segunda parte de la película la copa la formación del nuevo gobierno. Chaves no suele mover ficha de consejeros hasta que no haya superado el debate de investidura, previsto después de la Semana Santa. También tiene la costumbre de cerrar el Ejecutivo la noche anterior a darlo a conocer a la dirección socialista y a la opinión pública. Varias fuentes socialistas dan por hecho que las tres consejeras del Gobierno (Concha Gutiérrez, Fuensanta Coves y Cándida Martínez) seguirán y que Relaciones Institucionales desaparecerá de la estructura del Gobierno, ya que su creación se debió a una concesión a sus antiguos socios andalucistas, con los que el lunes hay prevista una reunión.

Chaves también tiene decidido agrupar en una consejería todas las competencias en Investigación, Desarrollo e Innovación desperdigadas actualmente en varios departamentos, junto con Industria, y unir Trabajo a Asuntos Sociales. Éste era uno de los anuncios que el socialista se había reservado para el penúltimo día de la campaña, que fue suspendida a causa de la matanza terrorista en Madrid.