"Criticar el tranvía es una moda"
Albert Vilalta preside Tramvia Metropolità, la empresa que ha construido y gestiona los nuevos tranvías de Barcelona. Está seguro de que serán un éxito, pese a los accidentes en el periodo de pruebas, y cree que criticarlo es es sólo una moda pasajera.
Pregunta. El tranvía se inaugura el sábado.
Respuesta. Así es.
P. ¿Se atreve a recomendar al ciudadano que, sin miedo y sin angustia, se suba a él?
R. Sin ningún tipo de duda.
P. El ciudadano tiene dudas.
R. Es posible. Pero llevamos meses viendo que está funcionando y, salvo los choques, no hay otros problemas. Pasa a la hora, cada cinco o seis minutos... Las puertas se abren, el tranvía para, discurre de forma suave.
P. Pero están los accidentes. ¿Se han tomado medidas?
"Llevamos meses viendo que funciona y, salvo los choques, no hay otros problemas"
R. Hemos reforzado todas las señales, incluso de forma redundante. Hay quien habla de polución visual, porque tampoco son necesarias tantas, pero no están de más si son útiles, y si con el tiempo se considera que se pueden reducir, se hará. A partir de aquí, se intentará que haya conciencia entre los conductores.
P. La oposición cree que sería necesario más tiempo de pruebas.
R. Es una opinión aceptable, pero yo preguntaría qué se gana. Los expertos en tráfico dicen que cuando el tranvía lleve viajeros los conductores de automóviles lo mirarán de otro modo.
P. ¿Qué ocurrirá cuando, por razón de la estadística, se produzca un accidente en el que el culpable sea el tranvía?
R. Pues seguiremos afrontando este alud de culpación innecesario, que en ese caso será por una razón real. Pero, aunque todo es posible, si se produce un accidente más grave, dudo que sea culpa del tranvía. Puede ocurrir, evidentemente; pero, lógicamente, lo que se producirá será lo mismo que se ha producido ahora, aunque con otras consecuencias.
P. ¿Tiene la impresión de que las críticas al tranvía encubren la insatisfacción por este medio de transporte porque la mayoría de la población quería un metro?
R. Yo creo que en algunos casos es cierto, pero en otros lo que ocurre es que está de moda meterse con el tranvía.
P. ¿De moda?
R. Yo diría que la crítica al tranvía estaba ya inherente en la sociedad porque a ésta siempre le molesta cualquier cambio; la gente está muy acostumbrada a lo que hay. Ya estaba latente. Además, empiezan las pruebas, hay algún choque y quienes pensaban que no debería haberse reinstaurado añaden más crítica. Creo también que hay un factor sociológico: el transporte público, al contrario que en el norte de Europa y en Inglaterra, parece que sea para gente que no tiene recursos económicos y que tenga connotaciones peyorativas. Hay mucha gente con recursos que dice que nunca ha usado el transporte público. Peor para ellos, porque es una riqueza y un servicio que la sociedad nos da a todos. Pero es algo latente el rechazo al transporte público por principio.
P. El del Besòs comenzará con mucho menos tiempo de prueba.
R. Sí. Pero con la experiencia del otro. Y no tiene tantos cruces ni tanto tráfico.
P. ¿Será rentable?
R. Esperemos que sí. No digo que no tengamos déficit, como otras compañías, pero es cuestión de optimizar este déficit. De entrada, el operador tendrá 100 personas, de las cuales la mitad son conductores. Y ya está.
P. ¿Cuándo circulará lleno?
R. Supongo que la misma tarde del día 3.
P. ¿Y con pasaje de pago?
R. Cuanto antes mejor, pero pongamos que en un año ya se ha adquirido la costumbre. Es evidente que hay una curva de volumen de pasajeros que aumenta con el tiempo. Hasta que lleguemos a los 18 millones de viajeros previstos, habrán pasado entre 15 y 20 años, de acuerdo con esta curva. No irá lleno de entrada. Pero ¿y si morimos de éxito? Perfecto. ¿Y si morimos de más éxito?: podemos poner tranvías dobles, reducir a la mitad (de seis a tres minutos) la frecuencia de paso. Más tampoco sería lógico. Está calculado que el 70% de la movilidad del Baix Llobregat, que será para el tranvía, no sale de la comarca y es una movilidad que no está servida. ¿Justificaría un metro?: no. Sí justifica un tranvía.
P. ¿Y si hubiera muerto en L'Illa?
R. No hay gran diferencia entre acabar en Francesc Macià o en L'Illa.
P. Evitaría Entença y Numància.
R. Numància, con la secuencia de semáforos que hemos puesto, funciona perfectamente. Sólo nos han dado seis o siete segundos, el Ayuntamiento ha sido muy avaro. Si alguna vez se queda un coche en medio, el tranvía se parará el minutito que representa esperar a la próxima secuencia, no es ningún drama. Y en cuanto a Entença, si se hiciera el giro por donde ha marcado el Ayuntamiento, no habría problemas de giro a la izquierda.
P. De modo que es muy optimista.
R. Claro. El tranvía es un transporte paradigmático desde un punto de vista de contaminación, de comodidad, de capacidad, de velocidad media... Pese a que aún no va a pleno rendimiento, tenemos una velocidad de entre 18 y 20 kilómetros por hora. Podemos llevar tantos viajeros como tres autobuses... reúne todas las condiciones y quienes entran con vehículo privado en Barcelona verán pasar el tranvía. Ellos estarán parados: el atasco de entrada es muy importante. El tranvía, que circula por una vía específica, no condicionada por el tráfico, permitirá cumplir horarios y evitar el colapso.
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