_
_
_
_
DÉCIMO CONGRESO DEL PSC

Maragall tiende la mano a los nacionalistas en la clausura del congreso del PSC

Manuela de Madre y Miquel Iceta ocupan la vicepresidencia y la vicesecretaría del partido

El Partit dels Socialistes de Catalunya clausuró ayer su primer congreso desde el poder con una proclama federalista de Pasqual Maragall. El presidente del Gobierno catalán y del PSC tendió la mano a los nacionalistas en el viaje hacia la España plural. "No exigimos a ningún nacionalista que deje de serlo para acompañarnos. Simplemente les decimos que nuestro proyecto tiene como horizonte final el federalismo" y dar prioridad a las políticas sociales, dijo Maragall. El 10º congreso del PSC refrendó al propio Maragall y a José Montilla como presidente y primer secretario, respectivamente.

Más información
Chaves apoya las reformas de estatutos pero sin privilegios entre autonomías
Josep Maria Sala, condenado por el 'caso Filesa', vuelve a la ejecutiva como secretario de formación
"No soy ni el delfín ni la sirena de Pasqual Maragall"
"Incorporar a Sala en la ejecutiva no ha sido una rehabilitación"
"Sabremos evitar el riesgo de morir de éxito"

El cónclave socialista que se celebró a lo largo del fin de semana consagró, precisamente, el poder de Montilla sobre la maquinaria del partido que gobierna en coalición la Generalitat y dirige los ayuntamientos del 71% de los ciudadanos de Cataluña. Esta vez, al contrario que en 2000, no hubo pulso entre Maragall y Montilla. Es más, fue el propio presidente de la Generalitat quien no escatimó elogios hacia el primer secretario del PSC: "No hay cabeza política al sur de los Pirineos tan bien ordenada como la de José Montilla", dijo.

Ahora el poder y el éxito han actuado de cemento cohesionador del proyecto socialista, que, como ayer dijo Maragall, "es tan raro como Cataluña". El presidente del PSC y de la Generalitat volvía, cuando hizo esa afirmación, a su tema predilecto: las relaciones entre Cataluña y España. "Y el PSOE, tan raro como España", agregó, "y quien no lo quiera entender que se lo haga mirar". Maragall distinguió entre el nacionalismo español y "los nacionalismos catalán y vasco, que se reconocen como tales sinceramente", mientras que el primero no tiene "necesidad de llamarse nacionalismo porque deriva su fuerza de que no es preciso esa denominación".

A pesar de la distancia, el presidente del partido quiso hacer un guiño a los nacionalistas al tenderles la mano hacia ese final de trayecto federal, pero puso condiciones: esa colaboración debe ser "para arreglar los barrios, integrar bien a la inmigración", la sanidad y la educación.

Quien pasó de puntillas por el terreno autonómico fue el hombre que lidera el PSC, el ministro de Industria, José Montilla, quien prefirió dirigir su artillería dialéctica contra Convergència, por lo que los socialistas consideran una deriva soberanista que corta puentes con Europa. En plena pugna por lograr hacerse con la centralidad política en Cataluña, Montilla aseguró, sobre la futura Constitución europea, que "votar no o jugar a inhibirse en el próximo debate sería una auténtica frivolidad". Tras estas intervenciones, Els segadors y La Internacional pusieron punto final a tres días de sesiones en los que destaca la elección de Manuela de Madre como vicepresidenta del partido, Miquel Iceta como vicesecretario primero y José Zaragoza como secretario de organización. Todo ello con la guinda mediática del retorno a la ejecutiva de Josep Maria Sala, condenado por el caso Filesa.José Montilla realizó ayer una radiografía sobre lo que ha de ser y representar, a partir de este congreso y con la plataforma que supone el Gobierno de la Generalitat, el Partit dels Socialistes. Una fuerza central, afirmó el ministro, en su doble vertiente de izquierdas y catalanista para convertir al PSC en el auténtico pal de paller político catalán y arrebatar esta condición a Convergència i Unió.

Si la víspera, Montilla apostó por aglutinar bajo el paraguas socialista a los "huérfanos" que ha dejado el proyecto "radical" de Artur Mas, ayer, con este mismo afán de sumar, invitó a la plataforma Ciutadans pel Canvi a adherirse y participar "plenamente" en el proyecto socialista, pero respetando su idiosincrasia. Una aventura conjunta iniciada hace cinco años que ha permitido al PSC, según admitió Montilla, "ser más poroso a las voces y a las influencias de la sociedad".

"Os animo y emplazo a escribir unidos las futuras páginas de la historia del socialismo catalán. Vuestro paso ha de suponer un ejemplo y un estímulo para abrir nuevos capítulos de nuestra historia colectiva: hacia el ecologismo, hacia los catalanistas decepcionados con el nacionalismo", afirmó Montilla.

En el discurso de clausura, antes de la intervención de Maragall, el primer secretario del PSC enumeró los tres objetivos que ha conseguido este décimo congreso. Primero, situar al PSC como una fuerza central de izquierdas y catalanista. Segundo, cohesionar y coordinar los mensajes entre el partido y el Gobierno catalán. Y tercero, renovar la ejecutiva con la incorporación de nuevas caras y jóvenes.

En este espacio de la centralidad política, Montilla destacó la vocación europeísta del Partit dels Socialistes que se ha evidenciado con el apoyo "crítico y exigente" a la Constitución europea. Una decisión que, agregó, ha evitado al PSC caer en "actitudes irresponsables, hipercríticas o reventistas" de otros partidos, como Esquerra Republicana o Convergència Democràtica, a las que no citó.

Para el dirigente socialista, este juego de las dudas o la oposición total a la Constitución supone "una auténtica frivolidad". "Votar sí es lo que nos piden, entre otros, los sindicatos europeos", manifestó.

Montilla hizo una defensa a ultranza del proyecto federal que defiende el partido como la única vía de propiar un "autogobierno en plenitud" y liderar así una "segunda modernización" de Cataluña y España mediante instrumentos como el nuevo Estatuto, la reforma del Senado o la mejora del sistema de financiación.

Montilla expresó también su agradecimiento a la militancia socialista y a los delegados de este décimo congreso. Un reconocimiento que, posteriormente, Pasqual Maragall extendió hacia los dirigentes socialistas que hicieron posible la consecución del tripartito y a quienes le han acompañado durante su andadura política. Especiales palabras tuvo para Narcís Serra, de quien recordó su "defenestración" del Gobierno central "exigida por CiU y PP". "Uno de los momentos más negros de la gobernación española reciente y uno de los más difíciles en la marcha de nuestro partido", lamentó.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_