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Un estudiante argentino de 15 años mata a tiros a tres compañeros

El muchacho había tenido dificultades para integrarse en su primer año en el instituto

Un "tranquilo e introvertido" estudiante de 15 años, Rafael Soldich, a quien llamaban Junior y que tenía "dificultades para integrarse" en su primer año en la Escuela Media de Carmen de Patagones, 960 kilómetros al sur de Buenos Aires, entró ayer a primera hora de la mañana el último a clase, después de la ceremonia habitual en la que se iza la bandera, y armado con una pistola de su padre, suboficial de la Prefectura Naval, comenzó a disparar. Tres de sus compañeros murieron y otros dos resultaron heridos.

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Rafael, de pie, sacó la pistola, oculta entre sus ropas. Tenía también un cuchillo. Los gritos de quienes le vieron, amenazante, con el arma en la mano, alertaron a los demás. Todos se tiraron al piso o se escondieron detrás de los bancos y trataron de salir al pasillo. Los primeros disparos dieron contra la pared y los siguientes alcanzaron en el estómago y en las piernas a Sandra Núñez, Evangelina Miranda y Federico Ponce, que murieron de forma casi instantánea. Dos agentes de la policía llegaron en un coche patrulla y detuvieron a Soldich en uno de los patios cuando intentaba huir. La escuela, a la que asisten unos 400 alumnos, fue inmediatamente desalojada por las autoridades

Soldich fue trasladado de la comisaría de Carmen de Patagones al Tribunal de Menores de Bahía Blanca. La juez Alicia Ramallo dijo que el joven es "inimputable" por su edad y será ingresado preventivamente en un instituto de reclusión para adolescentes mientras se le realizan estudios psiquiátricos. Según fuentes de la policía, Soldich "lloraba y parecía estar bajo el efecto de una fuerte conmoción". Uno de los testigos dijo que el joven "entró al aula y empezó a amenazar con el revólver. Todos se escondieron debajo de los bancos. Y él empezó a disparar a quemarropa". Otro alumno que estaba en el salón contiguo y salió al escuchar los gritos vio en el pasillo "a tres chicas tiradas en el piso con balazos en el estómago". Los compañeros de Rafael dicen sentirse "muy sorprendidos" porque "era un chico demasiado tranquilo", pero el pasado lunes habría tenido "una discusión".

El ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto, dijo que, según los primeros comentarios que recogió de los profesores y de las autoridades del colegio, el joven no era "una persona con antecedentes de violencia, sino de timidez y dificultades de integración con sus compañeros". Una tía de Soldich, consternada, coincidió en que se trataba de "un chico tranquilo e introvertido".

Los estallidos y arrebatos violentos son comunes en los colegios argentinos desde mediados de los años noventa, cuando el desempleo superó los registros históricos y la mitad de la población cayó por debajo de los niveles de pobreza. El pasado mes de julio una alumna de 12 años fue ingresada con heridas graves en un hospital luego de que sus compañeras de una escuela cercana a La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, le dieran una brutal paliza. La policía recoge habitualmente denuncias porque los jóvenes van armados con puñales, se enfrentan entre ellos o atacan a sus maestros.

El conflicto social es extremadamente grave en la periferia de la capital argentina, donde se asientan unos 500 poblados en los que viven en situación de extrema indigencia casi un millón de personas. En esas condiciones, muchos adolescentes sin ilusión, trabajo ni futuro a la vista, se dedican al tráfico y consumo de drogas, se organizan en bandas armadas de atracadores. El drama se extiende a toda la provincia de Buenos Aires. Los colegios no pueden contener ni dar respuesta a la demanda conjunta de alimentos, educación, trabajo y proyecto de vida que recae sobre ellos.

Los bomberos retiran el cadáver de un estudiante asesinado en la escuela de Carmen de Patagones.
Los bomberos retiran el cadáver de un estudiante asesinado en la escuela de Carmen de Patagones.ASSOCIATED PRESS

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