Una rentable factoría de sonidos

Alicante se ha convertido en los últimos años en una fértil cantera de grupos de música, en sus diferentes versiones, con un incontestable sello de calidad. Sólo este mes, cuatro formaciones autóctonas: los abanderados del rock más duro Disidencia, la formación heavy Cloon DC y los rockeros Indras y Sabandijas, han incorporado sus flamantes discos a las estanterías de música de todo el país. A finales de octubre, Alea, otra formación representante de la oleada de pop melódico nacional, sacaba al mercado su segundo trabajo.

Expertos de la industria discográfica apuntan al talento y a la democratización de la música como las dos piezas claves de una nueva etapa musical que ha convertido esta provincia en una rentable factoría de sonidos. El programador musical de la Fnac en Alicante, Daniel Simón, resalta la creatividad y la genialidad de las bandas que, aunque "siempre han estado ahí", añade, fueron asfixiadas por los elevados costes de producción y la casi nula existencia de subvenciones. Ahora, el abaratamiento ha propiciado un insólito resurgimiento de bandas. La formidable lista de espera de la nave Iguana, local por excelencia de ensayo de grupos noveles, ubicada en el vecino municipio de Sant Vicent del Raspeig, corrobora que una gigantesca ola de nuevos grupos se está formando con un resultado todavía aún por confirmar.

Pero mientras se dirime el futuro a largo plazo de esta emergente hornada de grupos, algunos ya se han hecho un hueco en el mercado nacional. Es el caso de Alea. Su disco debú Trece pasó de puntillas, pero su segundo álbum, homónimo, ha logrado colocar uno de sus sencillos en la radio fórmula Los 40 Principales, de la Cadena Ser, y ha sido escogido como sintonía en un conocido programa televisivo de realidad social. Indra es otra de las formaciones que junto a Alea, o a los ya consolidados Guaraná, optaron por marcharse de su ciudad natal para probar suerte en la capital. Mucho esfuerzo se ha visto compensado al fin con un primer álbum, llamado como ellos. También en la onda del pop rock alicantino, se sitúan Sabandijas. Lo peor de nosotros es su primer trabajo nacional, tras una ristra de maquetas y después de descargar por todos los garitos de la provincia.

El rock más duro y comprometido tiene en Disidencia a su mejor anfitrión. Diez años después de su gestación, con miembros provenientes de distintas formaciones aunque con inquietudes artísticas y personales afines, la banda de Onil publica ahora Hablarán las piedras. El sonido heavy corre a cargo de Cloon DC. Con una repercusión relativa entre el gran público; su música, sin embargo, es notablemente conocida entre los adeptos a la escena del metal. Su trabajo debú Sueños hipnóticos, con patentes influencias de Black Sabbath, Iron Maiden, Metallica o Barón Rojo, persigue evangelizar a un mayor número de adeptos.

Pero sin duda, la más clamorosa de las emergentes corrientes musicales de Alicante es el hip hop. El alicantino Nach es la punta de lanza de un fenómeno que ha vuelto a renacer después de que Alicante fuese, junto a Barcelona y Madrid, germen de los mejores raperos nacionales de los noventa, con excelentes grafiteros, y bailarines break dance. Hoy, Nach ha devuelto a Alicante al mapa del hip hop nacional, acompañado de los también locales Arma Blanca o Demasiado D.