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Entrevista:RAFAEL VERA | Ex secretario de Estado de Seguridad

"Entro en prisión muy tranquilo y seguro de que hice lo que debía"

Rafael Vera consume las últimas horas antes de su ingreso en prisión. En la entrevista se palpa su abatimiento, y la amargura explosiva de su hijo, que le acompaña. Declara que este segundo ingreso en prisión, ahora con 60 años de edad, es más duro que el que vivió en 1995. "Pesan los años biológicamente y la sensación de injusticia acumulada".

Pregunta. ¿Con qué mensaje se despide de su familia?

Respuesta. De esperanza muy debilitada, pero de esperanza. Que tendremos un futuro mejor, judicial y de opinión pública.

P. ¿Por qué no ha agotado su plazo de ingreso en prisión?

R. Mi disposición era ingresar en cuanto terminase con mis gestiones administrativas.

P. ¿Qué recado deja a su antiguo partido, el PSOE, y a la sociedad?

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R. Hay gentes importantes en el partido que han expresado, con gran riesgo para su prestigio político, su apoyo hacia mí. En cuanto a la sociedad, la sociedad en gran medida es ajena al fondo de toda esta cuestión. Yo creo que la información que se ha dado sobre todo este tema ha sido muy distorsionada, muy infame y difamatoria, especialmente desde un medio de comunicación cuyo director fue el auténtico presidente de la sala que me condenó. Y aquellos que sí tenían información tampoco han sido valientes, y no la han expuesto a la opinión pública.

P. ¿Mantiene su intención de ejecutar la huelga de hambre?

R. No. Han pasado algunos meses, y mi entereza y mi voluntad han mejorado notablemente. He tenido conversaciones muy largas con amigos y familiares e incluso algunos comportamientos de dirigentes políticos que me han apoyado. Y el elemento definitivo de mi cambio de actitud fue conocer que un personaje [Luis Roldán] al que yo había combatido, y que fue causante del desprestigio del Gobierno de Felipe González, había entrado también en una huelga de hambre. Pero lo importante es que entro en prisión muy tranquilo conmigo mismo. Seguro de que hice lo que debía hacer, y reiterando mi inocencia.

P. Cuando reclamaba que dieran la cara todos los gestores de fondos reservados de los Gobiernos del PSOE y de UCD, ¿qué esperaba conseguir?

R. Nosotros heredamos una situación, y me refiero a todos los capítulos que se nos han achacado de guerra sucia y de uso de los fondos reservados. Creo que ha habido una gran hipocresía a la hora de analizar esos capítulos. Se estableció una barrera desde 1982 hacia los años previos, y ese periodo se dejó de investigar. Lo mismo ocurrió con los fondos reservados, el uso que se hacía antes y el que se hizo después. Yo pensaba que el uso que se hacía antes era el adecuado. Ninguno de los informes que recibía de los asesores jurídicos y de la Abogacía del Estado nos alertaron de que podía ser ilegal el destino de determinados fondos.

P. Su amago de tirar de la manta sobre el cobro de fondos reservados por jueces o fiscales fue acogido con indignación. Le invitaron a acudir a los tribunales. ¿Fue contraproducente? ¿Precisará ahora sus acusaciones?

R. No me favoreció en absoluto. Lo dije porque lo sé. Tengo pruebas de que eso es así. Los que lo rebaten lo saben también. En contactos personales, he trasladado esta información a jueces y fiscales, inclusive a alguna sala. Los tribunales lo conocen. No han tomado ninguna medida. Lo saben, pero públicamente mantienen una actitud distinta. Uno de los que declaró en su día en el caso de los fondos reservados, un magistrado del Supremo, mintió sobre el uso de los fondos reservados.

P. Usted mantiene que sólo cobró fondos para su seguridad y con conocimiento de sus superiores. ¿No le tienta variar algún extremo de esta frase?

R. No, porque es la realidad. No modifico en absoluto lo que dije. No he cometido ningún delito. No me he quedado con dinero que no me correspondía. Y, por supuesto, las gratificaciones que me han podido dar estaban previamente consignadas para mi seguridad personal y familiar, como la de jueces y fiscales, y con conocimiento siempre de mis superiores.

P. ¿Qué cantidades recibió?

R. Tengo documentación. A mí me han dicho jueces y fiscales que lo que tenía que haber hecho era contar el uso que hicieron mis superiores. No me pareció oportuno. Me parecía que ellos habían actuado con la misma bondad que yo, sin ser conscientes de lo que después se convirtió en un delito. ¿Y por qué iba a acusarles de algo que creía que no era un delito? ¡Qué les iba a trasladar a jueces y fiscales si ellos que son expertos consintieron y autorizaron! Sería que les parecía sensato aquello. Que era para clases, para pagar formación... Es igual. No dejan de ser fondos reservados. Cobraron con recibos simples, sin membrete. Firmaron y no hicieron los correspondientes descuentos fiscales. Por tanto, será lo mismo. Pero convinieron que esa parte no era delito.

P. El PP dice que no entendería su indulto, aunque se lo concedió por un delito más grave, el secuestro de Segundo Marey. Y al PSOE no le urge.

R. No quiero el indulto. Porque incomoda al presidente del Gobierno. Y tengo algo más que la impresión de que no lo va a conceder. No hay más que ver las declaraciones y comportamientos del fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, al que quise recusar en su día. Además, sería como reconocer la sentencia, que tiene legitimidad, pero no tiene justicia. Por otro lado, la sociedad no está mayoritariamente a favor de mi indulto. No quiero una medida de gracia que no apoye la sociedad. Y pone en cuestión a mis avalistas, a los dos ministros que tuve y al propio ex presidente del Gobierno. Y eso me preocupa.

P. Jubilado ya del Ayuntamiento de Madrid, ¿a qué edad se jubilará de preso?

R. No, no me he convertido en jubilado. Es una de las cosas que me quedan por hacer. He hecho los primeros trámites, pero me temo que no me lo van a conceder. Me falta una nómina de 1967. Y no quiero hacer cálculos sobre cuánto tiempo voy a pasar en prisión. Lo decidirá la administración penitenciaria, y si estoy en desacuerdo, recurriré.

P. Usted ha depositado 59 folios explosivos en una notaría. ¿Tiene encendida le mecha?

R.Existe esa iniciativa que tomé en su momento pero, no, he optado por mantener la actitud que tenía. Son cuestiones de mucha sensibilidad. En cualquier sociedad democrática hay una parte que funciona de manera irregular. En las ciudades hay un sistema de alcantarillado y, sin embargo, son bellísimas, modernas y limpias, pero el alcantarillado está. En una sociedad pasa lo mismo. Sigue habiendo alcantarillas por las que se va la porquería. Han sido tiempos, los de atrás, muy sucios. ¿Para qué vamos a abrirlos? Renuncio a esa posibilidad.

Rafael Vera.
Rafael Vera.

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